jueves, 8 de enero de 2009

EL ÚNICO IDIOMA

Sería algo maravilloso y productivo si en todo el mundo se hablara un solo idioma. El tiempo que se dedica en el aprendizaje de idiomas, lo podríamos emplear en la investigación y en otros trabajos que pudieran crear más riqueza; pero con el castigo de la Torres de Babel, como cuenta la Biblia, el único idioma se acabó.

Hace algún tiempo se intentó crear el Esperanto, creo que así se llamó, como único y universa idioma y no sólo fracasó, sino que además se están proliferando “mini-idiomas” que entorpece la convivencia.

Todo esto que nos sucede en plano humano de la convivencia tan necesaria, puesto que estamos condenados a entendernos, no nos puede ni debe suceder en el trato con Dios, con quien, queramos o no, estamos obligados, por nuestro bien, a comunicarnos.

La FE es el único idioma que Dios entiende, porque es el lenguaje del amor y Dios es amor. Para tratar con Dios no hacen falta palabras ni grandes discursos. La fe es nuestro teléfono móvil con el que podemos conectar, siempre que queramos, con Dios que nunca está comunicando, ni nos sale diciendo que le dejemos el mensaje. Bien es verdad que nunca oímos su voz; pero si nuestra fe es una fe que ha sabido superar, en algunos momentos, dudas, tinieblas y ataques propagandísticos, surgirá en nosotros la esperanza de que en su momento, no en el nuestro, tendremos la respuesta. de Dios que no tiene prisa, nosotros sí, y además tiene toda la eternidad para darnos lo que más nos convenga.

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