lunes, 12 de enero de 2009

LIBERTAD ¿Para qué?

Creo que esta frase la pronunció Stalin. Casi todos sabemos cómo se vivía en la URSS por aquellos tiempos y como ha terminado.

La libertad siempre ha sido una moneda de cambio para bien o para mal.

Un alcohólico, un fumador empedernido, un drogadicto, un libertino han cambiado su libertad por una esclavitud de por vida ¿ De qué le sirvió su libertad?.

El que consiga un escaño por su partido en cualquier gobierno habrá comprado un voto que le dará un “modus vivendi” pero posiblemente pierda algo más importante, por lo menos la libertad para expresar su pensamiento.

El que se case venderá su libertad individual y a cambio conseguirá, si es honrado, inteligente y trabajador, una estabilidad y podrá disfrutar de una familia y unos hijos y entonces sí que se le podrá llamar progresista. He aquí una libertad bien vendida.

Los adolescentes deben aceptar que su libertad sea vigilada y dirigida por sus padres y buenos educadores y no por amigotes y que no confundan libertad por libertinaje.

El mayor precio que se puede conseguir al vender nuestra libertad es la que se consigue cuando se la entregamos a Dios.

“ Señor, toma mi LIBERTAD, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer, TÚ me lo has dado, a ti, Señor, te lo torno, todo es tuyo, dispón, Dios mío, todo a tu voluntad, dame tu amor y gracia que esto me basta”.

El católico, al cumplir lo que Dios y su Iglesia mandan, vende un poco su libertad individual y tendrá que luchar para no caer en la las tentaciones; pero a cambio disfrutará, aun en este mundo. de un equilibrio y una fuerza superior para afrontar todos los problemas con la ayuda de Dios y luego podrá disfrutar de una nueva vida ETERNAMENTE LIBRE Y FELIZ.

No hay comentarios: