¿Qué ha hecho Jesucristo para que algunos no lo quieran ver ni en pintura, y anden pidiendo con tanta insistencia que sean eliminados los crucifijos?.
Si hubiera sido un asesino, un maltratador, un ladrón, o un personaje deleznable, a quien nadie debería apreciar y menos imitar, habría razones para no exponerlo; pero ha sido todo lo contrario.
Sería razonable que los que desean que sus hijos no vean un crucifijo manifestaran sus motivos y en qué les perjudicaría que sus hijos pudieran conocer y apreciar los valores tan humanos y tan provechosos para su educación integral, como sería la honradez, el sacrificio propio para llegar a ser unos hombres de provecho y no unos alcohólicos, drogadictos etc, etc, y el saberse sacrificar por los demás (ahora que tanto se habla de solidaridad).
Esos padres querrán que sus hijos le obedezcan, les amen y luego, cuando llegue el momento, les cuiden; pero si desde pequeñitos no han aprendido todas esas virtudes de sacrificio y entrega, que no se las pidan más tarde. “El arbolito, desde pequeñito”.
Si una imagen vale más que mil palabras. Ver a todo un Dios clavado injustamente en la cruz y encima perdonando a los que les estaban crucificando y haciéndolo todo por amor a todos los hombres, a cambio del amor de unos pocos y del desprecio de otros muchos.¿Existe imagen humana más impactante para los no creyentes?.
Este desprecio del Crucifijo, debería despertar en nosotros los creyentes y amantes de Jesucristo un nuevo sentimiento de adoración mirándolo con nueva atención y sobre todo procurando que nuestras vidas estén en consonancia con lo que representa para nosotros Cristo crucificado.
Sería la mejor campaña contra la Cristofobia.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario