lunes, 23 de febrero de 2009

UNA FE A OBSCURAS

La Santísima Virgen vivió una fe rodeada de tinieblas y obscuridades.

Cuando se le aparición el Ángel San Gabriel para anunciarle que concebiría el hijo del Altísimo. ¿Por qué no se lo comunicó el mismo Dios, puesto que era su Hijo? ¿Y lo de San José? Ella creyó, aceptó y esperó aun cuando no comprendiera.

Llegado el momento del Nacimiento, posiblemente hubiera esperado algo más que un pesebre. No rechistó.

Cuando tuvo que buscar a su hijo de 12 años durante tres días recibiendo la respuesta que recibió y luego se queda encerrado y oculto en Nazaret durante 30 años viviendo como uno de más. ¿Dónde está la Divinidad de su Hijo? Ella lo cree y por eso en las Bodas de Caná, casi le obliga a demostrarlo.

Durante los tres años de la vida pública de su Hijo, debió recibir toda clase de comentarios, unos a favor; pero otros muchos en contra que a cualquier otra madre le hubieran hecho dudar. La Virgen creyó.

En todo el proceso del prendimiento, condena, crucifixión y muerte, debió de sufrir la mayor crisis de fe y la noche más obscura del alma, como madre y esposa del Altísimo; pero creyó y esperó.

Realmente nuestra madre la Santísimo Virgen recibió en su fe una “pala de cal y muchas de arena” APRENDAMOS.

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