miércoles, 11 de marzo de 2009

EL POETA NACE Y EL SANTO SE HACE

El verdadero poeta, el que se siente poseído por, un no sabe qué; pero que le surge desde lo más intimo de su espíritu y le impulsa escribir esos, casi divinos conceptos, tendrá que confesar que ha nacido con ese don y que el único trabajo que él hace, es ordenar e hilvanar las palabras para que sean inteligibles y recreen a los lectores.

No conozco a ningún poeta, no me refiero a los versificadores, que haya negado la existencia de algo superior, llamado vulgarmente, musa; pero que en el fondo, si es sincero, tiene que reconocer que es un don gratuito de Dios. No digamos nada de los místicos como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila y otros muchos. Estos nacieron poetas y todos sabemos lo que sufrieron para hacerse santos.

Casi ningún santo de los que conocemos en los altares, ha nacido ya santo. Todos, al leer sus biografías, han tenido que luchar contra muchas adversidades, tentaciones y sobre todo han tenido una FE a prueba de bomba. A veces, se han sentido tan cerca de Dios que casi LO han tocado; pero otras muchas, han pasado por unas noches tan obscuras y han sido tan zarandeados por Satanás, que esa FE ha desaparecido, aunque siguieron creyendo. Misteriosa paradoja.

Han sabido vivir en este mundo como el que pernocta esperando siempre que amaneciera el nuevo día, a sabiendas que tenían que pasar por la muerte y por eso todos los males los aceptaban como “Una mala noche en una mala posada” como decía Santa Teresa, para encontrarse con el amor de toda su vida. DIOS.

¿Merece la pena intentar, por lo menos, a vivir como lo hicieron los santos, aunque nos sea difícil y no lo consigamos? Creo que seríamos un poco más felices. ¿Por qué no lo intentamos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por este blog y por las reflexiones que vierte en él.
Que Dios le siga bendiciendo

Roque Pérez dijo...

Toñi: Muchas gracias por haberme visitado y le gusten mis reflexiones