miércoles, 18 de marzo de 2009

¿ QUÉ ES EL PODER?

A esta pregunta, la gente de la calle, podría dar las siguientes respuestas, entres otras muchas:

“La carabina de Ambrosio”
“La Conjura de los Necios”
“La casa de Tócame Roque”
“La Flauta de Bartolo”
“El Cachondeo Padre”
“La reunión de Cínicos”

Estos posiblemente, estaban confundiendo el poder con los que lo que ejerce, pero el poder es algo más importante.

Alguno más sensato y queriendo pasar por entendido diría:
LA DEMOCRACIA, al cual, yo dándomelas también de entendido, le respondería:

Exacto; pero con matices, porque la Democracia no es el poder, es la que mediante votaciones, muchas veces, manipuladas y con engaños, designa al que puede ejercer el poder; pero nunca que lo TIENE, que es muy distinto del poder en sí.

Yo, sintiéndome escuchado, cosa poco frecuente, atreviéndome a meterme en camisa de once varas o en un berenjenal, le diría:

El Poder es un don bajado del Cielo, que muy pocas veces recae en la persona más adecuada para ejercerlo con sabiduría y autoridad que, muchas veces, no acompaña al poder y entonces se convierte en autoritarismo, ignorando que no tendría ningún poder si no lo hubiera sido dado de los Alto, como le respondió Jesucristo a Pilato cuando éste le dijo que si no sabía que tenía poder para soltarle o crucificarle.

La democracia, lo único que hace y no siempre muy bien, es designar a quién le corresponde recibir y ejercer ese maravilloso don, que yo diría, carga, si se ejerce con auténtica justicia, equidad y sabiduría, para lo cual se necesita mucha ayuda de Dios, aunque muchos se crean autosuficientes, por el hecho de que Jesús dijera un día que: “Hay que dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, pero jamás le dará derecho a querer gobernar las cosas de Dios. “Con la Iglesia hemos topado”. Allá él y sus consecuencias y nosotros, como siempre, a sufrirlas.

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