miércoles, 29 de abril de 2009

A TÍ ¿QUÉ?, TÚ SÍGUEME

Cuando Jesucristo, ya resucitado, le preguntó a San Pedro, por tres veces, si LE amaba y ante las respuestas cariñosas y tristes de San Pedro, Jesús le dijo: Sígueme. Al ver San Pedro que San Juan venía detrás: Señor, dijo: y ¿Este qué?. Jesús le dijo: Si yo quisiera que éste permaneciese hasta que yo venga, a ti ¿Qué?. Tú sígueme.

Muchas veces decimos que nos preocupamos de los demás, cuando en realidad, es curiosidad por saber si el otro sale más favorecido. También puede que alguno pregunte: Señor, ¿Por qué me favoreces y a otros no?. Tú sigue confiando en mí, respondería.

Ahora no se trata de eso, es mucho más importante lo que nos podría estar diciendo Jesucristo a todos los que estamos preocupados por todo lo que nos está sucediendo en el orden económico, político, social y sobre todo religioso y que por el camino que vamos, como no cambiemos de rumbo, acabaremos en el abismo.

¿Qué hacer? ¿Cabrearse? ¿Preguntárselo a Jesucristo como hizo San Pedro? No, porque la respuesta ya la sabemos. Vosotros seguidme, nos diría.
Efectivamente, nosotros lo que tenemos que hacer es seguir a Jesús con auténtica fidelidad a su doctrina, no callándonos ni avergonzándonos de ser católicos de verdad en el pensamiento y sobre todo con el comportamiento.

Lo que tenemos que hacer es PEDIR a DIOS que intervenga cuanto antes, aunque ya, en parte, lo está haciendo, a su modo; pero lo está haciendo, sin que nadie pueda decir que esta CRISIS mundial y de caballo que estamos padeciendo y que no se le encuentra solución, ha sido un castigo de Dios, sino que ha sido provocada por nuestra soberbia, nuestra avaricia, nuestro egoísmo, nuestro materialismo esquizofrénico, nuestra mala educación, nuestra falta de principios morales, religiosos y nuestros libertinajes.

Aunque, como siempre, pagan justos por pecadores, deberíamos aceptar y recordar que al final de la siega, el trigo irá a los graneros y la cizaña al fuego eterno. Entonces nos ahorraremos preguntarle a Jesucristo: Y ¿Estos qué?

Estamos embarcados en un progreso tan horizontal tan horizontal y tan perdido tenemos el norte que, impenitentes, tozudos y enrabietados como críos, no sabemos o no queremos mirar al cielo para no tener más remedio que seguir la ruta que nos marque la estrella POLAR

No nos queda más remedio que seguir suplicando a Nuestro Señor Jesucristo y a Nuestra Madre la Virgen que nos sigan protegiendo a cada uno de nosotros y que consiga cambiar el actual rumbo de esta humanidad, tan inhumana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por tu blog Roque! A ver si encuentro fotos que te comenté de las misiones jesuitas en Paraguay.
Un abrazo, Aitana Garí Pérez

Roque Pérez dijo...

Aitana: Muchas gracias por haberte gustado mi blog. Espero tus fotos prometidas.
Un abrazo muy fuerte.