martes, 21 de julio de 2009

OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES

Cuando se quiere investigar sobre el comportamiento de una persona, se suele decir:” Por sus obras lo conoceréis”

El amor verdadero de unos padres por sus hijos no se suele mirar solamente por las carantoñas y mimos que tengan con ellos.

A unos padres, que aunque no sean tan melifluos ni besucones, sino que sepan y quieran sacrificarse en todo momento por ellos, dando un sí ó un no, según lo requieran las circunstancias para evitar caprichos peligrosos, nadie en su sano juicio los podría considerar malos padres.

Esto duele y mucho, si encima, el hijo no lo comprende, se rebela y opina que sus padres no lo quieren.

Educar a los hijos llevándolos con mucho cariño; pero con estudio y observación para que cada uno, según sus cualidades recibidas de Dios pueda caminar por el camino correcto, supone mucho amor y pocas palabras.

Ignoro qué clase de educación se está impartiendo, porque algunos padres se quejan de que hay niños pequeños que le dicen: “A mí no me puedes castigar ni regañar “¿A dónde vamos a llegar?

En el amor que Dios nos tiene, sí que hay muchas obras de amor y muy pocas razones, porque si los padres, no pueden ni deben dar explicaciones de sus actuaciones, sobre todo si son pequeños, porque no serían comprendidos, nosotros ante Dios, seguimos siendo unos críos.

Vivamos como vivamos, unos muy afortunados y otros todo lo contrario, no deberíamos pedirle cuentas a Dios que en todos los casos sigue siendo nuestro Padre, y lo que hace es siempre para nuestro bien aunque nos cueste trabajo creerlo.

Recordemos el desenlace que tuvo la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro, al FINAL de sus vidas, que pongámonos como nos pongamos, es lo que nos interesa.

No hay comentarios: