lunes, 3 de agosto de 2009

CARPE DIEM

“Comamos y bebamos que mañana moriremos”. Esta frase la dejó escrita Horacio, poeta latino nacido ocho siglos antes de Jesucristo.

Como pagano que era y que no tenía más dioses que a Júpiter, Venus, Marte etc, y por lo tanto no esperaba otra vida mejor, recomendaba que se aprovechara el día al máximo; pero siempre de cosas terrenas.

Hoy día, por desgracia, muchos piensan y viven del mismo modo, aun siendo cristianos, ignorando lo que decía Santa Teresa:

“La vida en este mundo es como una mala noche en una mala posada”

Y aunque no seamos capaces de vivir como también Santa Teresa decía:

“Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero”

Leamos lo que a continuación nos dice Jesucristo:

“No os inquietéis por vuestra vida, por lo que habéis de comer o de beber, ni por vuestro cuerpo, por lo que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

Mirad cómo las aves del cielo no siembran ni siegan, ni encierran en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ella?

¿Quién de vosotros con sus preocupaciones puede añadir a su estatura un solo codo?

Y del vestido,¿por qué os preocupáis?. Aprended de los lirios del campo, cómo crecen, no se fatigan, ni hilan. Pues yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.

Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se arroja al fuego, Dios así la viste, ¿No hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?

No os preocupéis pues, diciendo; ¿Qué comeremos, qué beberemos o qué nos vestiremos?. Los gentiles se afanan por todo eso; pero bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso tenéis necesidad. Buscad pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura.

No os inquietéis por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes. SUFFICIT DIEI MALITIA SUA (bástale a cada día su afán)."

Con todo esto nos quiere recordar Jesucristo que no debemos ocuparnos todo el día en las cosas materiales, que hay que buscar el reino de Dios y su justicia, que consiste en recurrir y pensar en Dios con más frecuencia.

El día tiene muchas horas muertas. Aprovechémoslas para estar con Dios, porque si lo hacemos, se cumplirá en nosotros lo que nos prometió Jesucristo cuando dijo:

“Si alguno me ama y cumple mi palabra, mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él.”

Y más intimidad con Jesús no se puede dar cuando nos promete:

“El que come mi carne y bebe mi sangre, mora en mí y yo en él.”

Si esto lo recordáramos con más frecuencia durante el día los que comulgamos con frecuencia, tendríamos muchos momentos de felicidad.

Si en todo momento somos conscientes de que Dios está con nosotros. ¿Quién o qué contra nosotros? ¿Los temores, las angustias etc,etc,?

Vivamos de verdad nuestras fe.

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