viernes, 14 de agosto de 2009

ECOLOGISMO ESPIRITUAL

Aunque todos sabemos qué es ecologismo, para evitar algunas manipulaciones y acciones interesadas, conviene saber cómo lo define la Real Academia Española “Defensa y protección de la naturaleza y del medio ambiente.”

Jamás se deben defender otros intereses financieros, políticos y particulares, con pretexto ecologista.

El ecologismo es un mandato de Dios, cuando, según cuenta la Biblia, Yavé Dios tomó al hombre y le puso en el jardín de Edén para que lo CULTIVASE Y GUARDARSE.

Existe otro ecologismo más profundo, espiritual y reconfortante y es no solo cultivar y guardar, sino AMAR.

Cuando se ama y se aprecia íntimamente un paisaje, un árbol, una florecilla, siente uno la sensación o deberían sentirse de que ellos nos aman y casi nos manifiestan su agradecimiento con el tintineo de sus hojas.

Si alguna vez, cansado y fatigado te has sentando a descansar a la sombra de una higuera y has bebido agua fresca del manantial y ya descansado, podrás observar cómo las hojas de la higuera, movidas por la tenue brisa, se balancean, te estarán ofreciendo los higos que con tanto esfuerzo y mimo han protegido, aguantando los fríos, tempestades y calores. ¿Por qué las herimos dejando grabados nuestros nombres?

Cuando creamos en profundidad lo que dijo San Pablo de que “En Dios somos, vivimos y nos movemos”, si estamos en medio de un bosque, en la cima de un monte, en un verde valle o en un río refrescante, en un día de calor, deberíamos sentirnos como si fuera el mismo Dios el que nos acaricia cuando la tenue brisa nos refresca.

Con esto no quiero caer en el Panteísmo de que todas las cosas son Dios; pero sí de que en todo cuanto de bello nos rodea, está la mano amorosa de Dios. ¿Quién no siente el deseo de besarla?

No hay comentarios: