jueves, 13 de agosto de 2009

PASADO, PRESENTE Y FUTURO

A todos nos gusta recordar nuestro pasado, sobre todo si ha sido bueno y del que hemos sabido aprender para vivir correctamente el presente y planificar el futuro.

La ilusión es el motor de la vida. El pasado nos complace, el presente nos satisface y el futuro nos empuja hacia delante, así es la vida.

Si se nos concediera en el presente todos los caprichos e ilusiones de nuestra vida. ¡Apaga y vámonos!.

Cuando hemos estado deseando algo muy precioso y lo conseguimos, ya no nos parece tan maravilloso, e inmediatamente nos surge otro deseo. Siempre queremos más. Somos un puro deseo. Todo esto es natural y hasta bueno, siempre y cuando no nos suceda lo que Alex Rosal escribió hace tiempo en LA RAZON.

“Hemos multiplicado nuestra posesiones; pero reducido nuestros valores.
Hemos conquistado el espacio exterior; pero no el interior.
Hemos limpiado el aire; pero no el alma.
Ganancias más altas; pero moral más baja.
Ésta es la época de la paz mundial, y a su vez de la guerra doméstica
Casas muy bellas; pero más cantidad de hogares rotos.”

El joven, teniendo los pies muy fijos en el presente, no debería dejar de volar con honradez por los libres y limpios espacios de la ilusión, usando siempre caminos rectos y no tortuosos.

Los que sólo puedan vivir del pasado, sepan lo que un anciano pensó cuando despidió a un nieto cabalgando en su ilusión, camino del éxito.

“Qué bonito ver partir de nuevo la propia ilusión y al mismo tiempo, sentir ya el descanso del retorno. Ir y volver sin moverse y no obstante vivir. Qué descanso tener ya casi vivida la vida. ¡Cuánta ilusión, cuánta nostalgia!. Eso es la vida.”

Al que no piense y planifique con ilusión el futuro, se le puede dar por muerto. También se le puede dar por muerto al que sólo tenga presente un futuro inmediato, a corto plazo, como es la vida presente y no a largo plazo.

Los que tengamos más años vividos y menos por vivir, deberíamos pensar más en ese futuro no tan lejano e ineludible, en que se cumplirán, si tenemos fe y hemos vivido de acuerdo con ella, todas las múltiples e insospechadas ambiciones de felicidad.

San Pablo escribió: “Ni ojo vio, ni oído oyó, ni corazón humano pudo comprender lo que Dios tiene preparado para los que le aman.” (Cor.2,9)

Y teniendo en cuenta lo que Santa Teresa dijo de la vida presente comparada con la ETERNIDAD: es "Como una mala noche en una mala posada".

Merece la pena tener muy presente esa gran ILUSIÓN.

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