viernes, 28 de agosto de 2009

¿QUIÉN ES EL DUEÑO DE NUESTRA VIDA?

¿Cuántos son auténticos propietarios de sus vidas y, como tales, saben negociar para sacarle unos rendimientos lícitos, justos y no cederla en alquiler, regalarla o tirarla?

El herido por el flechazo del enamoramiento exclama: “Tu eres mi vida”. De momento ya la tiene alquilada y ojala sea mientras viva.

La madre llorará angustiada porque los hijos descarriados le están quitando la vida. A esta pobre madre, se la han robado.

Los agobiados por el trabajo y el estrés, gritarán: “Vaya perra vida”. Estos, hasta la regalan.

Las abortivas, creen que por el hecho de haber alquilado su cuerpo, se convierten en propietarias del inquilino nasciturus.

Y así en infinidad de casos, comprobaremos que el que menos se puede llamar propietario de su vida, es uno mismo, porque para llamarse propietario, tiene que tener verdadero dominio de la propiedad.

El único propietario de nuestra vida es Dios, que aunque nos la ha dado sin nuestro consentimiento, sigue siendo el dueño absoluto.

El don de la vida es un préstamo que nos hace Dios para que negociemos con ella y le saquemos el mayor rendimiento para nuestro aprovechamiento aquí en la tierra y sobre todo conseguir unos intereses superiores, que los cobraremos, a largo plazo: pero seguros.

Algunos gobiernos intentan arrebatarle a Dios ese poder y pretenden demostrarnos que si no fuera por ellos, no tendríamos vida; pero caen en una contradicción manifiesta.

Dicen proteger a los más necesitados y eliminan a los más indefensos. Reparten riqueza sin poner los medios para seguir creándola.

La tal protección ¿No será demasiado interesada?

Dios no busca su interés al darnos la vida y conservarla hasta que El quiera, sino para que sepamos disfrutarla temporalmente y luego eternamente.

Algunos se emperran en maltratar su vida despilfarrándola con toda clase de vicios y pecados y para colmo, le dicen a Dios, que como ellos no se la han pedido, se la devuelven. ¡Pobres diablos!. Es como darse cabezazos contra un muro.

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