sábado, 1 de agosto de 2009

TEOLOGÍA FICCIÓN

Con la Ciencia Ficción se pueden crear verdaderas maravillas verosímiles o inverosímiles; pero que, a veces, nos entretienen y nos dan que pensar y en algunos casos se han convertido en realidades.

Haciendo Teología Ficción, podríamos pensar que Dios, aunque no tuvo principio, vivirían solos, el Padre el Hijo y el Espíritu Santo, en su tiempo y espacio, no el nuestro y como se aburrirían, como nos pasa a nosotros cuando no tenemos nada que hacer, decidirían entretenerse en Crear los Ángeles puros y tan perfectos como ellos para tener con quien alternar en cierta igualdad; pero algunos le salieron rana y los tuvieron que apartar de su compañía.

Ya se crearon el primer enemigo. Ni Dios se libra de enemigos, para que luego nos quejemos.

En vista del fracaso perfeccionista, dado que los Ángeles eran casi iguales a ellos, decidirían crear este mundo nuestro, no tan perfecto, sino sólo de materia; pero tan maravilloso y con una infinitud sincategoremática, por la que nos queda muchos más por descubrir y admirar.

En esos primeros días de la creación que cuenta el Génesis, que duraron millones y millones de años, de los nuestros, no de los suyos, tuvieron bastante tarea como para no aburrirse, ni tampoco para estresarse, lo cogieron con moderación, como hay que hacer todas las cosas.

La Tierra, los Mares, el Firmamento, la Flora y la Fauna le debieron saber a poco y un tanto aburridos porque no podrían charlar y menos convivir y a Dios le encanta la convivencia en buena armonía, como a cualquiera y esperando encontrar esa convivencia, decidieron mezclar materia y espíritu y nos crearon a nosotros y nada menos que a SU imagen y semejanza. Menuda imagen y semejanza íbamos a darLES.

Sabían las imágenes que les daríamos; pero les divertiría, como nos divierte cuando contemplamos una buena caricatura nuestra, además la vida de cada de nosotros es una película y posiblemente les encanta contemplar su desarrollo y sobre todo el final.

Muchas películas preferirían no haberlas visto y se arrepentirían de haber dado la vida a tales actores; pero en compensación, otras les llenarían de orgullo al haber creado tantos SANTOS porque estos si que dejaron una perfecta y maravillosa IMAGEN Y SEMEJANZA de DIOS.

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