jueves, 6 de agosto de 2009

UNA FE A TIEMPO COMPLETO

Muchos católicos puede que tengan la fe, como se puede tener un Ferrari; pero que siempre lo tienen en el garaje y para presumir; pero cuando le hace falta para un imprevisto, no arranca.

Como la fe es el tesoro escondido del Evangelio, hay que buscarlo y toda búsqueda requiere trabajo, dedicación y saber dónde investigar.

El único terreno donde se puede encontrar, como sucede con las bolsas de petróleo, es en el EVANGELIO.

En el Evangelio encontraremos siempre, no la solución de nuestros problemas; pero sí la ayuda para solventarlos, o al menos soportarlos, para no desesperarse, que no es poca cosa.

El que lo dude, que pruebe y verá.

Que no se cumpla en nosotros aquello: “Sólo nos acordamos de Santa Bárbara, cuando truena.“

Muchas veces echamos mano de nuestra fe recurriendo a Dios, a la Virgen o a los santos, sólo cuando nos encontramos ante una adversidad y con frecuencia, en lugar de implorar humildemente y con confianza su ayuda, le queremos pedir cuentas del por qué nos sucede aquello.

Sólo se puede vivir la FE a tiempo completo si recordamos siempre los siguientes consejos de Jesucristo:

“Sin mi no podéis hacer nada.”
“Venid a mi, todos los que andáis con trabajos y cargas, y yo os aliviaré.”

Hay que darse cuenta que no ha dicho os LIBRARÉ, porque si nos libra, ¿Por qué no evita el trabajo y la carga que nos angustia? Sencillamente porque tenemos que sentir su ayuda, de lo contrario El no aparecería por ningún lado.

“Si alguno me ama y cumple mi palabra, mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él.”

Si somos conscientes de que Dios está con nosotros, ¿Quién dice miedo?

El que tenga siempre presente estos consejos y los viva, entonces se podrá decir que tiene fe y sobre todo que vive de ella, como se podría decir que vive de su negocio o de su fortuna.

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