sábado, 7 de noviembre de 2009

EL MUNDO ESTÁ MUY MAL HECHO

Esto es lo que muchos piensan cuando ven tantas calamidades, guerras, injusticias, catástrofes naturales, demasiados pobres, para los pocos ricos que acaparan la mayor parte de las riquezas y los hospitales llenos de enfermos.

El que así ve y opina es como el que va caminando por un estercolero y no sabe o no quiere levantar los ojos de tanta basura y contemplar las praderas esplendorosas y perfumadas que le rodean, los cielos que le cubren y, él mismo, si analiza su propio organismo, comprobará cómo funciona, casi siempre a la perfección, sin apenas darse cuenta.

Aunque todos estos males nos vienen por no haber heredado el Paraíso, que a muchos les parecerá una injusticia Divina, porque ¿Qué culpa tenemos nosotros después de tantos siglos?

Si en este mundo se respetan tanto las herencias de generación en generación. ¿Va a ser menos Dios?

Es verdad y triste que Dios nos tiene exiliados en los arrabales de ese Paraíso; pero nos sigue dando la oportunidad de entrar en él si somos capaces de darnos cuenta que Dios ha sabido sacar de un mal, un bien, porque si todo cuanto acontece en el mundo fuera bueno, bonito y barato. ¡¿Qué aburrimiento?!

Para que se pueda apreciar lo Bueno, Bonito y Barato, tiene que existir lo Malo, lo Feo y lo Caro.

¿Quiénes somos nosotros para enjuiciar las obras del Creador, siendo criaturas suyas? Sería como si la vasija se quejara del alfarero porque la había convertido en un vaso insignificante,(que por otra parte, en su momento cumpliría una misión), y no en una ánfora muy valiosa.

Lo único que nos importa es trabajar por perfeccionarnos a nosotros mismos y no aumentar los males de este mundo con nuestros egoísmos, injusticias, odios y venganzas.

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