lunes, 14 de diciembre de 2009

¿ALGUIEN HA VISTO A DIOS?

San Juan Evangelista en su primera carta (cap.4) dejó escrito:

“A DIOS NUNCA LE VIO NADIE”.

En el libro del Éxodo capítulo tercero se cuenta que Moisés al llegar al monte Horeb se le apareció el ángel de Yavé en llama de fuego de en medio de una zarza. Veía Moisés que la zarza ardía y no se consumía.

Vio Yave que se acercaba para mirar, y le llamó de en medio de la zarza: ”¡Moisés! ¡Moisés!”. El le respondió: ”Heme aquí”. Yavé le dijo: “No te acerques y quita las sandalias de tus pies, que el lugar en que estás es tierra santa”.

Y añadió: “Yo soy el DIOS de tus padres” y cuando más tarde le preguntó a Dios que cual era su nombre, le respondió: ”YO SOY EL QUE SOY”.

Moisés no VIO a Dios; pero Lo OYÓ.

Sin comer, sin beber y sin descansar podríamos vivir algún tiempo; pero sin AIRE, moriríamos.

¿Vemos una cosa tan imprescindible como es el aire, aunque lo palpemos?

¿Queremos ver a Dios a quien también LO podemos palpar en todo cuanto nos rodea?

¿Vemos la vida? ¿Por qué decimos que un ser ha dejado de vivir si no le falta ningún órgano?

También lo más importante, como es la vida, tampoco la vemos jamás, sólo su ausencia.

El Apóstol Felipe quiso ver a Dios, cuando le pidió a Jesús que le mostrara al Padre y Jesús le respondió:

“¿Tanto tiempo con vosotros y aún no me conocéis?. Felipe, quien me ve a mí, ve al Padre, porque el Padre y yo somos uno”.

Ante esta declaración tan contundente de que ÉL era DIOS, los judíos lo quisieron apedrear diciendo que había blasfemado, porque siendo HOMBRE, se hacía DIOS.

Después de estas manifestaciones de Jesucristo, podemos asegurar que muchos SI HAN VISTO A DIOS.

Sus apóstoles, discípulos y todos los que LE vieron durante su vida terrenal.

También muchos santos han tenido el privilegio de ver a Jesús y a Santa Margarita María de Alacoque se le apareció de un modo especial bajo la figura humana del Sagrado Corazón.

Gandhi decía: “Es imposible ver a Dios cara a cara, si la carne no lleva mucho tiempo crucificada”. Por eso tenemos que morir.

No obstante, también en vida podremos ver a Dios, porque como decía San Juan de la Cruz: “Para caminar de NOCHE, sólo la FE nos ALUMBRA”.

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