SATANÁS NO PUDO SER ATEO; pero sí AGNÓSTICO

La Real Academia de la Lengua Española define al ATEO como el que “Niega la existencia de Dios”.

Satanás como es evidente, no pudo negar la existencia de Dios, puesto que LO estaba viendo.

Pudo ser agnóstico porque cabe en lo esencial de la siguiente definición que la Real Academia da del agnosticismo: “Actitud filosófica que declara inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que transciende la experiencia.”

Posiblemente Satanás en su inteligencia, y soberbia, no pudo o no quiso COMPRENDER y ACEPTAR que Dios quisiera y fuera a crear unos seres deleznables e inferiores a ellos, pero que serían a su IMAGEN Y SEMEJANZA y con tales poderes que podrían PROCREAR nuevas vidas y que gozarían de la presencia continua de Dios como ellos.

De aquí la ENVIDIA SATÁNICA que a veces se nos mete en el cuerpo y su empeño en engañarnos en tantas cosas, entre las cuales está haciéndonos creer que seremos más felices practicando el sexo “ad libitum” sin ninguna moderación y que al comer esta fruta prohibida seremos como dioses creando lo que nos diera la gana, para luego abandonarlo.

El SEXO es el don más divinamente placentero y creador que Dios nos ha dado para que se prolongue la vida y haya progreso.

Como Satanás no tiene ese don y es tan envidioso y odia a su Creador, de quien no puede vengarse, arremete contra nosotros intentando adulterar de tal modo el sexo, engañándonos con la pasión desmedida para meternos de bruces en miles de problemas y tragedias.

A Satanás que es más inteligente que todos nosotros, no le ha costado mucho trabajo, convencer a muchos con argumentos contradictorios de que con el aborto libre, se evitarían muchos más.

Tampoco pudo COMPRENDER y ACEPTAR que Dios hecho hombre fuera despreciado, humillado y crucificado precisamente por los que venía a salvar. Esto no cabía en su inteligencia y hería su orgullo.

Satanás es el verdadero Ministro de IGUALDAD, puesto que hace todo lo posible para que todos seamos igual de infelices endemoniándonos aquí en la tierra puesto que nadie da de lo que no tiene, y él está condenado en el Infierno, a donde quiere que vayamos todos.