Aunque suele decirse que no hay dos sin tres, por ejemplo: “Dios es UNO en esencia y TRINO en persona.” La realidad es que en este mundo complejísimo en que vivimos, siempre estamos entre lo bueno y lo malo.
Dios y Satanás. Lo bello y lo feo. Lo grande y lo pequeño. La guerra y la paz. El amor y el odio. La salud y la enfermedad. La derecha y la izquierda. El rico y el pobre. La suerte y la mala suerte. El hombre y la mujer. Lo positivo y lo negativo. La vida y la muerte.
Lo importante en nuestra vida es saber que también existe entre estas dualidades, una intermedia descubriendo que no siempre, todo es malo o todo bueno.
Existe la izquierda y la derecha, sin catalogar a priori quién es el bueno o el malo.
Lo que nos debe importar es saber descubrir lo bueno o lo malo que hace cada uno.
“Por sus obras los conoceréis”.
Lo que es bueno para unos pocos y no lo es para todos, es engañoso y por lo tanto malo, porque al final se convierte en malo para todos y ahí entran también esos pocos.
¿Es bueno o malo lo autonómico?. Depende de sus límites.
No queremos un gobierno central y caemos en un autonómico.
Huimos de Herodes y caemos en Pilatos.
Si queremos que la rueda de una bicicleta ruede perfectamente, tienen que partir del centro todos sus radios para distanciarse y repartirse con equilibrio el esfuerzo de cada uno.
La unión hace la fuerza.
¿Es bueno el espíritu y malo el cuerpo?. Los dos son buenísimos; pero sucede, que por desgracia, siempre le damos más protagonismo, y mimos al cuerpo en detrimento del alma y como el espíritu también tiene su corazoncito, se rebela y nos las juega con depresiones, angustias, tristezas y sin saber el porqué.
Cuando se consiga vivir en armonía y equilibrio entre el espíritu y el cuerpo, se podrá volar a media altura hasta que llegue el momento de remontarlo al FINAL FELIZ.
lunes, 25 de enero de 2010
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