miércoles, 28 de abril de 2010

LA CONJURA DE LOS INDOCUMENTADOS

Que en las calles, manifestaciones y mítines de algunos partidos, vociferen muchos indocumentados ignorantes o manipuladores de masas, es natural y hasta cierto punto, aceptables por el derecho de expresión; pero que en el Parlamento haya señorías con VOZ y VOTO tan desconocedores o manipuladores de la historia de España, da muestra del nivel cultural y de que la ignorancia es muy atrevida y peligrosa.

Lo más triste y lamentable es que estando al borde de lo de Grecia, se pierda el tiempo teniendo que dar lecciones de Historia de España, en el Parlamento, a un diputado.

Voy a extractar de un artículo publicado por Arturo Pérez-Reverte en el XL Semanal ABC del 25 de Abril lo siguiente:

“Hace un par de semanas un tal Joan Herrera, diputado de Iniciativa por Cataluña Verde, inquirió muy en serio:

Si bajo los supuestos de la Ley de Memoria Histórica de 2007, que impone la retirada de objetos, monumentos o menciones conmemorativas que exalten la sublevación militar de 1936, el Gobierno tiene previsto cambiar el nombre de la Base Alfonso XIII de Melilla: que a su juicio, y de acuerdo con la citada Ley, supone una EXALTACIÓN FRANQUISTA”.

El Gobierno debería haberle recomendado que estudiara historia antes de abrir el pico, que es lo único que mejor saben hacer algunos pero para no humillarlo le hicieron saber que el abuelo del actual monarca dejó de reinar en España con la proclamación de la II República, antes de la Guerra Civil y que por lo tanto no puede ser una exaltación franquista.

Lo de Alfonso XIII (sigo con Pérez-Reverte), que es más que una simple anécdota, delata caudales de rancia estupidez nacional, aliada con ignorancia y oportunismo político.

Individuos, indigentes intelectualmente de semejante calibre, votan leyes y deciden, con sus pactos, alianzas y pertinaz desvergüenza parlamentaria, nuestro presente y el futuro de varias generaciones.

Habría convenido aprovechar la respuesta gubernamental para explicar que Franco fue un dictador culpable de muchas cosas; pero que España es un lugar complicado y viejo con tres mil años de verdadera memoria histórica, donde antes de la Guerra Civil, fecha a la que aquí se remite toda referencia y clave de nuestros males, ocurrieron otras muchas cosas.

El Cid no era franquista aunque despachara a moros, ni Cervantes porque escribió en castellano, ni los Reyes Católicos que expulsaron a los judíos, o Felipe III que echó a los moriscos.

La bandera roja y amarilla, pásmense todos, no la impuso Franco en 1936, sino Carlos III, - que era un rey ilustrado – en 1785, inspirada en la antigua señal del reino de Aragón.

Lo malo no es desconocer la historia, ni el quererla manipular, sino el que la mayor parte de la sociedad manipulada por intereses políticamente inconfesables se coman el gato creyendo que es liebre.

Una cosa es la libertad de expresión y otra el libertinaje expresivo y ofensivo porque ataca la libertad del vecino y crea enfrentamientos.

Que una corporación instituida y aceptada por todos para que defienda los derechos de los trabajadores, se manifieste públicamente queriendo defender a un inculpado, amparándose en su fama, a veces, bien merecida, y no hagan nada para que sus trabajadores no se mueran de hambre MAÑANA porque HOY tienen pan, es para echarse a temblar.

¿Cómo queremos salir de la crisis si en alguna Universidad de prestigio, en lugar de trabajar en la Investigación, desarrollo y en adquirir conocimientos para ser más competitivos, se hace más política que en el Parlamento?

Una sociedad que admite y aprueba tales manifestaciones, es que está tan adormecida y manipulada que jamás despertará ni conseguirá nada.

Estamos volviendo al “PAN y CIRCO” de los romanos para terminar como ellos.

Si estamos como estamos es porque nos lo merecemos por culpa de la poca inteligencia y falta de honradez de los de ARRIBA y de los de ABAJO.

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