viernes, 2 de abril de 2010

¿POR QUÉ NO BAJO JESUCRISTO DE LA CRUZ?

“Si eres hijo de Dios, baja de la cruz”. Esto es lo que le decían los que pasaban moviendo la cabeza y diciéndole:

“Tú que destruías el templo y lo edificabas en tres días, sálvate ahora a ti mismo”.

Si Jesucristo en lugar de resucitar al tercer día, lo hace elevándose glorioso desde la misma cruz, el pueblo entero se hubiera convertido.

Es lo que muchos piensan que debería haber hecho: pero Dios no piensa como los hombres.

Si así hubiera sucedido, muchos habrían pensado que estaban viendo visiones y no un portentoso milagro, y por lo tanto. tener que confesar que habían crucificado al hijo de Dios.

Otros se sentirían tan culpables, miserables y avergonzados que se suicidarían como lo hizo Judas.

A otros les hubiera comprado el arrepentimiento y el amor; pero el AMOR no se COMPRA.

Cuando el corazón de los hombres está tan corrompido y blindado que ni Dios puede traspasarlo, no hay milagro que valga, porque en el fondo no quieren ver el milagro que les obligaría a cambiar de vida.

Es lo que, hoy día, puede sucederle a muchos agnóstico y ateos. No le interesa creer que Dios existe, cosa que tendrían que admitir en contra de su voluntad y su vida al margen de lo que Dios manda si presenciaran un milagro.

Por eso Jesucristo no bajó de la cruz y resucitó al tercer día de incógnito para el populacho que no se lo merecía y sí con mucho cariño para los que sabía que serían capaces de dar testimonio con sus vidas hasta con el martirio, habiéndole amado como le amó este poeta anónimo del siglo XVI:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido:
muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. Amen.

2 comentarios:

Luis Alberto dijo...

Amigo Roque: que pase Ud. unas felices Pascuas y que el Señor resucitado lo siga bendiciendo a Ud. y a los suyos.Un abrazo y recuerde que lo sigo...

Roque Pérez dijo...

Mi muy estimado amigo Luis Alberto: Gracias por su cariñosa felicitación de Pascua.
Que Dios nos siga bendiciendo.
Por mi estadística compruebo que me sigue aguantando.Gracias.
Un abrazo