viernes, 20 de agosto de 2010

EL TIEMPO ES AGUA EN UN CESTO

Aunque siempre se ha dicho que el tiempo es oro, ahora es como agua en un cesto, que se escurre sin dejar sedimento y cuando lo deja, más valdría que no lo dejara.

El tiempo que se debe dedicar a lo más importante, como es el trabajo, se hace de mala gana, aburridos, irresponsables, nada creativos, pensando en dejar el tajo, las vacaciones y se convierte en un martirio, lo que debería ser un placer, que sólo se aprecia cuando se va al paro.

El que empleamos en diversiones, y otras francachelas es agua en un cesto que, muchas veces, deja algún sedimento, como una resaca, agotamiento, sentimientos de culpas inconfesables, arrepentimiento sin retorno, etc.

En las reuniones con amigos, compañeros de trabajo o familiares, los chismorreos, las críticas, las calumnias y otras ¡¡genialidades!! son aguas que en el cesto de la convivencia dejan unos residuos contaminantes, como podrían ser sentimientos y deseos inconfesables o remordimientos, ya ineficaces.

El dedicado a la Telebasura y a otras ¡¡preciosidades!!, es agua tan gorda que al no poderse filtrar, queda maloliente en el cesto.

Cuando nos ponemos en contacto con la naturaleza y contemplamos las maravillas creadas por Dios, o visitamos un monumento o museo o leemos un buen libro o algún pasaje del Evangelio, sería como darse un baño de espiritualidad y cultura. A esto se le podría denominar: Tiempo de BRONCE.

El que dedicamos al sueño es el más barato, provechoso, rentable e insustituible, valdría como PLATA.

Al único que se le puede apreciar como si fuera oro, es el que se dedique a conocer y buscar a Dios, que es con el que al final de cuentas, gastaremos todo nuestro tiempo y por toda la ETERNIDAD.

Lo que mucho vale, cuesta mucho, por eso el tiempo que le dediquemos a Dios, es ORO, si lo sabemos invertir en ORACIONES.

2 comentarios:

Francisco Espada dijo...

¡Felicidades, don Roque!
Tiene usted grandes dotes docentes. Me ha gustado mucho cómo el agua escabullida del cesto puede transformarse en metal precioso.
Gracias por sus enseñanzas.

Roque Pérez dijo...

Le quedo nuy agradecido Sr.Espada por sus cariñosos y elogiosos comentarios.
Yo también viaité Tierra Santa donde celebré mis bodas de plata.