sábado, 5 de febrero de 2011

EN EL HORIZONTE SE JUNTAN EL CIELO Y LA TIERRA

Esta visión óptica errónea nos está diciendo que si supiéramos y quisiéramos UNIR lo de ARRIBA con lo de Abajo, este mundo no andaría tan desnortado.

Si todos los gobiernos del mundo gobernaran y legislaran de acuerdo con los Principios de ARRIBA y las verdaderas y auténticas necesidades de Abajo, sin partidismos, caprichos e intereses inconfesables y sobre todo si se promulgaran en defensa de los Derechos Humano, viviríamos como Dios manda al haber sabido y querido juntar el CIELO con la tierra.

Una cosa es defender los Derechos Humanos, y otra muy distinta, defender y fomentar los caprichos, vicios y aberraciones humanas.

Si todos tuviéramos el “Santo temor de Dios” que es el “Principio de la Sabiduría”, el Presupuesto para garantizar la seguridad ciudadana estaría bajo mínimos, no harían falta tantas cárceles ni tantas fuerzas de seguridad, porque la gente sería más honrada y habría menos juicios.

Si queremos que nuestra juventud sea garantía de futuro, habría que educarlos en los principios de trabajo, sacrificio, honradez, solidaridad y amor a Dios y a los demás, que son Principios inamovibles y no ser adoctrinada veleidosamente con pocos principios y mucho sectarismo.

Cuando en una familia no prevalece por encima de todo un AMOR SACRIFICADO con lo que conlleva de renuncia, tolerancia, comprensión y fidelidad, que son los Principios de Arriba, vivirá soterrada de egoísmos, continuas discusiones y enfrentamientos insalvables.

El que sólo sepa y quiera vivir el momento presente porque es más fácil y no le dé a su vida una proyección de ETERNIDAD, y no junte en su vida el Cielo con la Tierra, pronto, su vida se le quedará corta y morirá abrasado por lo rayos materiales, si no camina bajo la sombra de lo trascendente.

A veces, tenemos a Dios recluido en libertad condicionada a que nos conceda cuanto LE pedimos y, aunque Dios nos parezca un tacaño, en SUS manos vivimos, nos amamos, nos odiamos, sufrimos, gozamos, soñamos y morimos. Pocas veces levantamos los ojos para encontrarnos con los de Dios, que día y noche nos miran y esperan con tristeza que dejemos de clavarle los nuestros con insolencia.

2 comentarios:

Francisco Espada dijo...

La receta para fundir lo de arriba con lo de abajo, el cielo con la tierra, y que la línea del firmamento no sea un engaño de los sentidos nos la da el profeta Isaías en la primera lectura de este 5º domingo del T.O.: cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas.
¡Feliz día del Señor!

Roque Pérez dijo...

Muchas gracias Sr. Espada por sus comentarios tan apropiados.