viernes, 11 de marzo de 2011

¿SE PUEDE SER CREYENTE Y NO PRACTICANTE?

Cualquiera puede ser lo que quiera ser; pero si ese SER no se convierte en algo positivo y real, no podrá llegar a SER ALGO.

Si uno dijera: Creo en la medicina; pero no tomo lo que los médicos me recetan. ¿Cómo conseguirá combatir las enfermedades?

¿Cómo podrá un creyente conseguir la Vida Eterna, si no conoce ni sigue el camino que les indican los entendidos en la materia?

Toda persona razonable y libre de prejuicios no tendrá más remedio que admitir que cuando se quiere conseguir algo importante, tendrá que poner los medios adecuados acudiendo a los profesionales pertinentes.

Muchos estiman que creyendo en la existencia de Dios y algo más, será suficiente para SALVARSE, sin escuchar siquiera lo que manda la Santa Madre Iglesia fundada por Jesucristo.

“¿Quién decís que soy? Tomando la palabra Simón Pedro dijo: TÚ eres el Mesías, el Hijo de Dios Vivo. Y Jesús respondiendo dijo: Bienaventurado tú, Simón Bar Jona, porque no es la carne ni la sangre quien esto te ha revelado, sino mi Padre, que está en los Cielos.

Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los Cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los Cielos.”

De muy poco le podrá servir al que se declare creyente si sólo cree en UN DIOS completamente desconocido y sin conexión con nosotros, como la tuvo Jesucristo que como Dios que era, fundó su Iglesia y a través de sus Apóstoles nos dejó marcados los caminos para llegar a ÉL.

Muchos de los que se dicen creyentes y no son practicantes, posiblemente sea por inercia o porque en la recetas que les ofrece la Iglesia para salvarse tiene muchas contraindicaciones y efectos secundarios como podrían ser que el cura que se lo receta, no le sea grato o no le merezca la confianza deseada.

Hay que saber distinguir y escoger, en todos los órdenes de la vida, lo más IMPORTANTE de lo secundario.

Lo único que nos debe importar para nuestra salvación es ver en el Sacerdote, no sólo un hombre, sino un representante de Cristo que nos Bautiza, nos perdona los pecados, celebra el Santo Sacrificio de la Misa, y nos reparte el pan de la Eucaristía y nos indica el buen camino.

Sólo se podrá conseguir la SALVACIÓN ETERNA siendo CREYENTE PRACTICANTE porque bien claro dijo Jesucristo:

“YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.”

“EL QUE A VOSOTROS OYE, A MÍ, ME OYE.”

2 comentarios:

Francisco Espada dijo...

Creo que quien dice ser creyente y no practicante está lleno de dudas y se reserva un as en la manga, por si acaso.
Me contaba un anciano sacerdote, ya en la casa del Padre, que hay un gran número de personas que van a la iglesia cuatro veces en su vida: cuando lo llevan a bautizar, para la primera comunión, para la boda y a su muerte, pero que últimamente con los arrejuntamientos y tantas bodas civiles se habían quedado en tres.
Rotundamente no. Quien cree no puede dejar de celebrar el misterio de la eucaristía.

Roque Pérez dijo...

Gracis, Sr.Espada por sus acertados comentarios.