miércoles, 1 de junio de 2011

MIHI VIVERE CHRISTUS EST "Mi vivir es Cristo"

Esta frase tan lapidaria y breve pronunciada por San Pablo, es el no va más de la espiritualidad profunda y gratificante.

Algunos dirán: Mi vida es el fútbol, el tenis el golf, la caza la pesca, la familia, el sexo, la noche, las riquezas, la fama y la buena vida.

Cualquiera de estos sistemas de vida son lícitos y deseables para los que no teniendo FE, no esperan otra vida mejor.

También para los creyentes; pero para todos sólo serán la envoltura de la vida, si en el fondo no anda Jesucristo.

El Sadhu de la India, Sandar Sing escribió el siguiente relato:

“Un día estaba sentado a la orilla de un río del Himalaya. Saqué del agua una piedra grande, hermosa y la partí. Su interior estaba completamente seco. Esta piedra había estado mucho tiempo dentro del agua; pero el agua no había penetrado en ella. Lo mismo les está ocurriendo a los europeos.
Durante siglos han estado bañados por el cristianismo. No obstante, el cristianismo no ha penetrado en muchos de ellos. La culpa no es del cristianismo, sino de la dureza de sus corazones.”

Puede que a muchos católicos practicantes y hasta de comunión diaria les suceda que se sientan secos o vacíos porque Jesucristo no ha calado, no han conseguido tener intimidad porque durante el día no tienen conciencia de que ÉL está a su lado.

Cuentan del jesuita Padre Rubio ya canonizado, que un día al subir al tranvía en Madrid, pidió DOS billetes con el consiguiente asombro del cobrador al ver sólo al Padre Rubio. Tan acompañado se sentía.

Santa Teresa decía que “Hasta entre los pucheros de la cocina andaba Dios”. Yo tengo que confesar que los momentos más felices del día, estando ocioso, son cuando pienso que Jesús me acompaña y cuando jugando al golf camino en busca de la pelotita.

No en vano Jesucristo dijo: “Yo ESTARÉ con vosotros TODOS los días, hasta la consumación de los siglos”.

Ese ESTAR significa presencia FÍSICA invisible; pero muy real cuando se tiene auténtica FE.

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