sábado, 4 de junio de 2011

NO PUEDE HABER GLORIA SIN CALVARIO

Nadie nos librará, tarde o temprano, de sufrir nuestro personal e intransferible CALVARIO aunque estemos rodeados de médicos y familiares queridos.

Es altamente positivo que teniendo FE, esperemos que Dios nos conceda una vida tranquila y sin grandes sobresaltos; pero de la muerte, ni Dios nos podrá librar.

Así como todo en este mundo depende del color del cristal con se mire, Si la muerte se mira como el final de todo, sin ninguna otra posibilidad de algo mejor y encima ese todo es un cúmulo de dolores y sufrimientos, es posible que muchos la estén deseando para DESCANSAR.

Cabe la posibilidad, por desgracia y por CREENCIA de que el tal DESCANSO se convierta en un infierno si no se ha llegado a esa cita ineludible cargado con buenas obras.

Tampoco nos servirá de mucho presentarnos con un cuerpo castigado con enfermedades y achaques para conseguir ese tan deseado descanso si no los hemos soportado con cristiana resignación ni arrepentidos de todos los pecados.

Muchos creyentes dicen que no temen la muerte porque creen y saben que entrarán en la posesión de una vida GLORIOSA; pero temen la enfermedad, los achaques, sentirse hecho una piltrafa y ver sufrir a los que le rodean. ¿Es que Jesucristo no se sintió como un GUSANO en la cruz y vio sufrir a su madre?

Si hemos sabido y podido sufrir nuestro CALVARIO con la resignación que tuvo el Santo Job que en medio de su completa miseria material y corporal dijo; DIOS ME LO DIO y DIOS ME LO QUITÓ. Entonces Jesucristo será el Cirineo que nos introducirá en su GLORIA.

El día que seamos capaces de sentir y desear la muerte y no para librarnos de esta perra vida, sino para estar con Cristo como lo deseaba San Pablo cuando dijo “Cupio dissolvi et esse cum Christo”(Deseo morir para estar con Cristo), veremos la muerte de color rosa.

Si Santa Teresa decía que: “Esta vida es como una mala noche en una mala posada”, habrá que ir sabiendo encontrar un rinconcito en esa mala posada en donde pacientemente, sin perder de vista a Jesucristo, esperemos un nuevo y GLORIOSO amanecer.

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