sábado, 25 de junio de 2011

¿POR QUÉ NADIE PUEDE HUIR DE SU SOMBRA?

Nadie puede huir de Dios, porque como “En ÉL somos, vivimos y nos movemos” camina a nuestro lado como un SOL que al proyectarnos nuestra sombra en distintas direcciones, nos podrá ir aconsejando.

Cuando tengamos el sol de cara que nos deslumbre con una vida llena de placeres y que todo va viento en popa, la sombra caminará detrás, y al no verla, posiblemente, nos olvidemos que Dios va detrás intentando recordarnos que todo esa felicidad se pasará.

Si el sol está a nuestra espalda y nos proyecta delante una sombra plagada de adversidades y negruras, no podremos evitar pisarla ni huir de ella; pero sepamos que en esos momentos Dios va por delante indicándonos el camino. Sigámosle.

Si el sol camina a nuestra derecha, nos dibujará la sombra a la izquierda, y entonces, deberemos estar atentos cuando Dios nos diga que nos opongamos a que se maten tantos inocentes y que nos eliminen los seres queridos, que tanto se han sacrificado por nosotros, porque nos estorban.

Que no votemos al partido, que se llame democrático, y sólo gobierne para unos pocos.

Pero sobre todo no permitamos que nuestros hijos sean educados sin conocer a Dios y sus mandamientos, de lo contrario, no tendremos derecho a quejarnos.

Si nos acompaña por la izquierda y aparece la sobra a la derecha, también tendremos que escuchar a Dios cuando nos ordene que sepamos escoger todo lo bueno que nos propongan, que seamos justos, solidarios y con críticas constructivas.

Si se consigue que se eduque públicamente en cristiano, no se debe olvidar que en el seno de la FAMILIA cristiana es donde mejor se les puede enseñar a amar a DIOS.

Esté donde esté el sol y nuestra sombra nos persiga, nuestro caminar deberá ser como Dios le ordenó a Abran:

“Ambula coram me et esto perfectus” o sea “Camina en mi presencia y serás feliz”.

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