¿Por qué JESUCRISTO fue CASTO, POBRE y OBEDIENTE?

Aunque Jesucristo vino a este mundo siendo DIOS y HOMBRE verdadero, sólo podría ser LÍDER, ADMIRADO y AMADO si se comportaba como lo deberíamos ser los HUMANOS con proyección DIVINA.

Que Jesucristo fuera pobre lo sabemos por el pesebre en que nació y por sus propias palabras cuando dijo que el Hijo del Hombre no tenía donde reclinar su cabeza.

Nadie pone en duda la pobreza de Jesucristo porque el nacer pobre y serlo por voluntad propia aun estando rodeados de riquezas, es EJEMPLARIZANTE y dignifica al que lo imite porque será Bienaventurados y poseerá el Reino de los Cielos.

Que fuera obediente queda de manifiesto cuando en el Huerto de los Olivos pidió al Padre que le apartara el cáliz que tenía que beber; pero que no se hiciera su VOLUNTAD sino la SUYA.

El hecho que Jesucristo aceptara la voluntad del Padre nos estaba diciendo que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres y esa obediencia dignifica y DIVINIZA.

Al no tener ningún testimonio propio o ajeno de que Jesucristo fuera CASTO y como de los tres Jinetes, en los que tendríamos que cabalgar y tener embridados para alcanzar las cumbres más ALTAS, como sería ser CASTO, POBRE y OBEDIENTE, el que más se nos encabrita, nos arroja al barro, y es el más atacado y puesto en duda por ateos, agnósticos y anticlericales es el ser CASTO.

Y por eso sin documento histórico alguno se atreven a decir que si estuvo casado con María Magdalena, que si tuvo hijos etc.

Se puede ser completamente CASTO y sentir AMOR que es lo más humano y hasta ENAMORARSE sin otras consecuencias que reconocer la belleza corporal o espiritual de una persona como lo pudo tener con Magdalena que al sentirse tan arrepentida de su mala vida, regó con sus lágrimas los pies de Jesucristo, o con San Juan el discípulo predilecto sabiendo que sería el protector de su Madre, o con San Pedro que habiéndole negados tres veces le dio las llaves del Reino de los Cielos.