sábado, 3 de septiembre de 2011

¿POR DÓNDE SE ENTRA EN LA IGLESIA?

Esta pregunta se le hacia, alguna que otra vez, al examinando, un tanto en broma para que ingenuamente respondiera categóricamente: Por la puerta.

No, respondía sonriente el maestro: Se entra por el Bautismo.

Efectivamente para recibir la carta de ciudadanía de la Iglesia de Cristo se debe recibir el Bautismo y adquirir una especie de pasaporte que le dará entrada en todas las comunidades católicas del mundo.

Dios, sin contar con nosotros, y con la cooperación amorosa y altamente gratificante de nuestros padres nos da la VIDA.

Aunque haya mucho placer carnal en la concepción de esa Vida, también está sublimado por el AMOR de dos corazones que laten al unísono. Todo ese proceso es tangible.

La vida que es INVISIBLE y misteriosa porque es Espíritu y como sólo la puede DAR Dios, quiere hacer acto de presencia con algo TANGIBLE como es el BAUTISMO con su liturgia.

“Id, pues y haced discípulos a todas las gentes BAUTIZÁNDOLAS en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que yo es mandado”. Dijo Jesucristo.

“Convertíos y que cada uno de vosotros se haga Bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

¿Pero que pecado ha cometido el recién nacido para ser Bautizado?

El Bautismo que recibe el recién nacido perdona el pecado ORIGINAL que no es un acto COMETIDO sino un ESTADO adquirido o heredado de Adán y Eva.

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