miércoles, 2 de noviembre de 2011

Hay que saber VIVIR una DOBLE VIDA.

¿Por qué tenemos dos ojos, dos brazos, dos piernas que palpamos y que cuando perdemos alguno de estos miembros, nuestra vida ya no es lo mismo?

Porque nos están diciendo que también tenemos un CUERPO palpable y un ESPÍRITU que no vemos; pero si los DOS no caminan PARALELOS, nuestra vida ya no es lo mismo.

En este mundo se puede vivir con una pierna, un brazo y un ojo; pero con muchas limitaciones.

También se puede vivir solamente con lo que nos pida el cuerpo olvidando por completo las exigencias del espíritu.

¿Por qué estando bien alimentado y satisfechos todos los caprichos corporales, nos sentimos, a veces, tristes, angustiados, desabridos y temerosos?

Porque tan malo es sentir hambre y no tener nada que echarse a la boca, como que al espíritu no le demos ni agua.

¿Cuántas veces al cabo del día, no digo rezar, sino PENSAR que Dios nos ama, que Jesucristo no sólo nos espera en la Eucaristía, sino que no tiene otra cosa que más le agrade que el ESTAR a nuestro lado?

¿Por qué cuando nos sentimos apáticos, desilusionados y metidos entre nubarrones de forma que la desidia nos paralice para no sentir ni ganas de abrir el Evangelio o el Kempis o cualquier libro espiritual?

Si esto hiciéramos notaríamos un calorcillo interno y desaparecerían los nubarrones y todo porque habríamos dado algún alimento al Espíritu.

No hay comentarios: