Jesucristo, como cualquiera de nosotros vino al mundo en un pesebre, tuvo que huir a Egipto huyendo de Herodes y vivir exiliado.
Vivió oculto e ignorado durante 30 años, como el que estudia y oposita para encontrar un trabajo digno.
Tuvo una vida pública tan pobre que no tenía dónde reclinar su cabeza.
Comía y bebía y a veces con publicanos y pecadores y era criticado.
Lloró sobre Jerusalén diciendo: ¡Si al menos en este día conocieras lo que hace a la paz tuya!; pero ahora está oculto a tus ojos.
Perdonó a la mujer adúltera y sólo le dijo que no pecara más.
Con la mujer Samaritana que había tenido cinco maridos y el actual no era su marido, mantuvo una cariñosa y profunda conversación espiritual.
Se quedó dormido en la barca cuando lo tuvieron que despertar sus discípulos para que les salvara del temporal que los hundía.
Sintió tristeza y agonía ante el cáliz que tendría que beber.
Al ver que la Magdalena, mujer pública, le ungía sus pies con ungüento y lágrimas y se los secaba con sus cabellos, le encendió su corazón de tal forma que casi no pudo evitar un cierto enamoramiento agradecido.
Murió en la cruz perdonando a sus verdugos y GRITANDO la ayuda de su Padre.
Hasta aquí unas pocas de las múltiples facetas humanas de Cristo.
Ahora recordaremos las muchas actuaciones como Dios.
Curó a diez leprosos sin tocarlos.
Una mujer, con sólo tocar su manto quedó libre de sus hemorragias.
Desde lejos evitó la muerte del criado de un Centurión y a la hora que se lo dijo.
Resucitó al hijo de la viuda de Naín con solo tocar el féretro.
Dio vista a ciegos y libró a paralíticos de sus camillas.
RESUCITÓ a su amigo Lázaro muerto de cuatro días que olía ya y LLORÓ. He aquí un sentimiento HUMANO y un acto DIVINO al mismo tiempo.
El Padre y yo somos UNO.
Mi Padre obra continuamente y yo ni más ni menos.
Felipe: Quien me ve a mí, ve al Padre.
Luego Jesucristo dijo tan claramente que era DIOS que fue la ÚNICA acusación por la que le CRUCIFICARON.
Pero donde quedó palmariamente demostrado que fue HOMBRE y DIOS, fue en su RESURRECCIÓN porque teniendo forma humana en sus múltiples apariciones, ASCENDIÓ por su propio poder como DIOS que era.
Muchos ateos, agnósticos y anticlericales dirán que todos estos hechos evangélicos lo escribieron sus discípulos sin rigor histórico.
Si los hubieran escrito manipulándolos y mintiendo, no contarían muchos hechos en los que ellos y hasta el mismo Jesucristo no saldrían muy bien parados.
¿Hubieran contado que Pedro lo negó tres veces y que luego Jesucristo le dio las llaves del Reino de los Cielos?
miércoles, 30 de noviembre de 2011
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