miércoles, 11 de enero de 2012

¿Por qué JESÚS, con doce años, estuvo perdido TRES DÍAS?

Lo de los TRES DÍAS sería para darnos a entender que lo de su PÉRDIDA y comportamiento fue tan incomprensible como lo es el Misterio de la Santísima Trinidad y el de la trinidad HUMANA, porque no se puede comprender que un Padre, una Madre y un Hijo, siendo tres personas tan diferentes permanezcan UNIDAS por UN AMOR.

Leyendo el capítulo segundo de San Lucas veremos que la Virgen y San José, al no encontrar a Jesús niño entre los de la caravana y darlo por PERDIDO, se vieron metidos en una CRISIS que es una “situación dificultosa o complicada” como la define la RAE.

DIFICULTOSA porque la Virgen y San José deberían haberse reprochado mutuamente el descuido y por lo embarazoso que tuvo que ser comunicarlo a los demás peregrinos.

COMPLICADA porque ¿dónde buscarLO y durante TRES días?

En el feliz encuentro es muy significativo que sea la Virgen y no San José la que en tono de reproche le dice: “Hijo ¿Por qué has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, andábamos buscándote.

La respuesta del Niño Dios es un tanto injustamente recriminatoria: ¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?

Ellos no entendieron lo que les decía.

Bajó con ellos y vino a Nazaret, y les estaba sujeto, y su madre y, (supongo, que también San José) conservaban todo esto en su corazón.

¿Cómo afrontamos y reflexionamos sobre nuestras adversidades?

Estamos metidos en una CRISIS gravísima porque hemos PERDIDO:

Liquidez y fluidez del dinero.

Miles de puestos de trabajo.

Poder adquisitivo para la supervivencia.

Y el consumo.

Y todo porque que hemos PERDIDO los PRINCIPIOS éticos, morales y religiosos, que son los TRES pilares de todo progreso equilibrado y sostenible.

Nuestra vida SOCIAL está plagada de PÉRDIDAS de dinero, de salud, de empleo, de seguridad, de armonía familiar, de confianza en muchas cosas, de tolerancia, comprensión etc, etc.

Nosotros, poco podremos hacer para BUSCAR soluciones a todas estas pérdidas, las tienen que buscar otros; pero con nuestra colaboración.

Con bastante frecuencia entramos en CRISIS personales.

¿Quién no se levanta un día, triste, apático, desilusionado o angustiando por las preocupaciones, sin mencionar algo más grave?

¿Qué hacer? ¿Hundirse? Nada de eso. BUSCAR a Jesucristo que nos espera oculto; pero muy real, en el Sagrario de cualquier templo.

O entrar dentro de uno mismo, sabiendo que somos TEMPLO del Espíritu Santo y entonces. SUPLIQUEMOS humildemente a nuestro PADRE que nos ayude sabiendo que todo cuanto nos acontezca será para nuestro bien.

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