domingo, 25 de marzo de 2012

¿POR QUÉ VIVIR Y DEJAR VIVIR ES LA FELICIDAD?



         El que sea capaz de vivir VIENDO, OYENDO y CALLANDO se ahorrará muchos quebraderos de cabeza y conseguirá PAZ y TRANQUILIDAD que es gran parte de la FELICIDAD   .
 
               Aunque no siempre se puede evitar VER lo que no debería ser visto por lo injusto, aberrante e indignante, no serviría de nada el cabrearse, perder el tiempo criticando y queriendo arreglarlo todo.

              No se debe VER lo que puede incitar al pecado. “Ojo que no ve, corazón que no quiebra” y evita la tentación”

             Hay que tener los ojos bien abiertos para contemplar todas las maravillas que nos rodean y subir de lo creado al CREADOR.

            VER con buenos ojos todo lo bueno que tienen las personas que nos rodean y CERRARLOS para lo malo.

            Hay que saber pasar de los muchos defectos ajenos, recordando los propios y así la convivencia será más gratificante.

           Si MIRAMOS así todo cuanto se nos presenta a la vista, nuestro espíritu se vivificará y nuestra mirada siempre será luminosa.

           No hay que dar OÍDOS a todo lo que se dice, se nos promete sobre todo si es malo, aunque nos favorezca, porque a “Palabras necias, oídos sordos” ni cerrarlos a todo lo bueno aunque no guste como podría ser una corrección justa y acertada porque “Quien bien te quiere, te hará llorar".

          Habrá que tener los OÍDOS cerrados herméticamente a las calumnias, maledicencias, chismorreos y muy ABIERTOS a los buenos consejos y sobre todo a lo que Dios nos DICE.

         Si OÍMOS todo lo bueno y DESOÍMOS todo lo malo, conseguiremos vivir en PAZ con NOSOTROS y con los DEMÁS.

         “En boquita CERRADA no entran moscas” “Por la BOCA muere el pez” “Hablar por no CALLAR” “Calladito se está más guapo”.

          El que sepa CALLAR para escuchar y razonar, cuando hable, CONVENCERÁ
.
         Hay silencios muy elocuentes aunque a veces el que CALLA, otorga.

        Pero un católico no puede permanecer CALLADO sin defender sus principios morales y religiosos ante tanto laicismo y anticlericalismo.

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