Si estamos intentando que en Europa no
haya fronteras y el EURO como única moneda.
¿No sería NECESARIO que sólo se hablara el ESPERANTO?
La comunicación y el entendimiento
saldrían ganando en rapidez y claridad.
El tiempo que se dedica en el aprendizaje de idiomas,
lo podríamos emplear en la investigación y en otros trabajos que pudieran crear
más RIQUEZA.
Todos los países de la Comunidad Europea
deberían imponer la enseñanza OBLIGATORIA del Esperanto y el idioma nacional
suprimiendo la OBLIGADA
enseñanza de las lenguas LOCALES o vernáculas.
Seríamos más cosmopolitas, nos sentiríamos más UNIDOS
y mejor comunicados todos los de la Comunidad Europea.
Deberíamos aprender de la Iglesia Católica APOSTÓLICA y
ROMANA, que, al ser más Apostólica, que Romana ha suprimido el LATÍN para que
TODO EL MUNDO pueda escuchar el Evangelio en su propia lengua como lo hicieron todos
los extranjeros el día de Pentecostés.
Si queremos Unos Estados Unidos EUROPEOS no tendremos
más remedio que imponernos
OBLIGATORIAMENTE todo lo que nos UNA y suprimir todo lo que nos DIVIDA y nos
enfrente, aunque cuesten sudor y lagrimas sentimentales o interesadas.
Todo esto que nos sucede en plano humano de la convivencia
tan necesaria, puesto que estamos condenados a entendernos, no nos puede ni
debe suceder en el trato con Dios, con quien, queramos o no, estamos OBLIGADOS
por nuestro bien, a comunicarnos.
La FE es el único IDIOMA que Dios entiende, porque
es el lenguaje del AMOR y Dios es AMOR.
Para tratar con Dios no hacen falta palabras ni
grandes discursos. La FE
es nuestro teléfono móvil con el que podemos conectar, siempre que queramos con
Dios que nunca está comunicando, ni nos
sale diciendo que le dejemos el mensaje.
Bien es verdad
que nunca oímos su voz; pero si nuestra
fe es una fe que ha sabido superar, en algunos momentos, dudas, tinieblas y
ataques propagandísticos, surgirá en nosotros la esperanza de que en su
momento, no en el nuestro, Dios nos responderá porque nunca tiene prisa y además tiene toda la eternidad para darnos
lo que más nos convenga.