A veces, es muy fácil emprender un
camino; pero reconocer que va
equivocado, teniendo que volver lo andado, humilla y cuesta trabajo.
¡Qué caras se pagan algunas equivocaciones y muchas no
tienen arreglo!
Lo más triste es cuando uno creyendo y esperando hacer
un bien, provoca una tragedia, como por ejemplo, la de unos padres que por
complacer los caprichos de un hijo, ponen en sus manos mucho dinero, no lo vigilan, ni lo educan, y no sólo se convierte en un inepto, sino que cae en la droga y otros
vicios.
Existe una gran equivocación, que por
suerte tiene fácil arreglo.
El
que haya vivido en pecado y alejados de Dios; pero si sabe y quiere echar un
vistazo a su vida presente o pasada y, al tener la suficiente honradez de
conocer su mala vida, lo reconoce, se arrepiente y pide perdón a Dios, todo se
arregla, ASÍ de FÁCIL.
Puede que alguien crea que Dios fue de demasiado bueno
y se EQUIVOCÓ al crearnos libres y habernos
hecho a su imagen y semejanza.
Si se equivocó, lo pagó bien caro al tener que tomar
nuestra NATURALEZA humana y Jesucristo con su obediencia y muerte en cruz,
recobró nuestra libertad para poder ser
como DIOSES en el otro Paraíso.
Dios no se equivocó, fue su obra maestra
porque Dios no quería una humanidad
aborregada y ser amado por todos y por
IMPERATIVO.
El quería que el que le obedeciera y AMARA, lo
hiciera LIBREMENTE.
El que se
salvara y consiguiera la eterna felicidad, podría pensar que el don de la
salvación no sólo habría sido un DON GRATUITO de Dios, sino que también el había
merecido algo.
Un don
gratuito, como sería el de la salvación, humilla y un AMOR a Dios por
IMPOSICIÓN, no es AMOR.
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