Todos sabemos que la CONFIANZA no es una
moneda de cambio ni un objeto intercambiable sino un concepto, un sentimiento,
una “Esperanza firme que se puede tener de alguien o de algo” como lo define la RAE.
Nosotros
que sólo queremos VER y TOCAR todo cuanto nos rodea no podemos vivir sin
CONFIAR en alguien o algo que siempre es INTANGIBLE.
Vivimos
social e INDIVIDUALMENTE como en una BARQUITA CONFIANDO y esperando a que otros
eviten nuestro naufragio.
De aquí la importancia que tiene saber y querer
depositar nuestra CONFIANZA en algo que sea lo más IMPORTANTE y en ALGUIEN tan
poderoso y honrado que no nos pueda DEFRAUDAR.
A veces, somos tan ingenuos e imbéciles que le
damos nuestra confianza al primer embaucador que nos engaña porque nos promete
el oro y el moro, un bienestar insostenible, o duros a peseta.
DIOS
es el ÚNICO que no nos puede DEFRAUDAR y la
única cosa IMPORTANTE será conseguir un poco de FELICIDAD ahora y luego la SALVACION eterna.
Es
posible que algunos cuando recen el Padrenuestro y digan: HÁGASE TU VOLUNTAD
así en la tierra como en el cielo” lo hagan temiendo que la voluntad de Dios no
sea la que uno quisiera, sobre todo si en ese momento se cruza por nuestra
imaginación una cruz FANTASMA.
Si
eso sucediera, habría llegado el momento de decirle a Dios con toda la CONCFIANZA del mundo
que bendita sea SU SANTA VOLUNTAD aunque no se pueda evitar sentir el TEMOR de
que esa cruz fantasma se convierta en realidad.
Ese
inevitable TEMOR sería como el pequeño
tributo que habría que pagar para que sólo siguiera siendo una cruz FANTASMA.
No
se nos mete en la cabeza que SIEMPRE la voluntad de Dios, sea la que sea, será LA MEJOR para cada uno de nosotros.
De
aquí la importancia de darle a Dios un
CHEQUE en BLANCO con plenísima confianza
para que se cobre lo que quiera por los
múltiples favores que nos concede.
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