sábado, 8 de diciembre de 2012

¿Nos VE y nos OYE JESUCRISTO desde la EUCARISTÍA?


         Yo puedo responder con toda rotundidad que a mí me ha visto y sobre todo me ha OÍDO con nitidez.

         Tendría yo 17 años cuando a mi hermana mayor le diagnosticaron un quiste hidatídico que debía operarse en Madrid.

         Temí mucho por su vida y para que saliera bien de la operación, prometí no ir al cine durante los domingos del mes Noviembre que era la única diversión de entonces.

         Uno de esos domingos y en la visita que hacía todos los días al Santísimo, LE hice la PROMESA a Jesucristo, que sabía que me estaba ESCUCHANDO en el Sagrario, que si mi hermana se salvaba y ÉL me LLAMABA al sacerdocio LE SEGURÍA.

         Yo era un chico normal, nada beato, religioso, sí y muy enamorado de una chica; pero cayeron en mis manos, primero el Kempis o Imitación de Cristo, sus lecturas me hicieron pensar profundamente en temas espirituales, luego unos folletos de la colección de “Broma y de Veras”, editados por el Mensajero del Corazón de Jesús. Uno titulado “Valientes”, en donde se relataban las proezas de algunos jesuitas en Misiones, otro titulado “Dios lo quiere”.

         Estas lecturas me fueron cambiando interiormente casi sin darme cuenta, sigilosamente y como por ósmosis. No sabía lo que estaba pasando en mi interior:

 Por una parte seguía pensando en la chica y por otro, la figura de Jesucristo, del jesuita, del misionero, se iban fijando en mi mente y en mi corazón con imágenes muy atrayentes.

         Dios quiso que entre mis amigos, hubiera uno que había estudiado con los jesuitas, al que yo empecé a preguntarle cómo eran los jesuitas, porque yo, hasta que no leí esos folletos, ni sabía que existían los jesuitas. Le debí hacer tales preguntas que mirándome me dijo:

-         Oye, tú tienes vocación.

-         ¿Yo vocación? No digas tonterías

-         Pues, ¿Por qué me preguntas tanto por los jesuitas?

-  Ni yo mismo lo sé, he leído algunos folletos, fíjate, de los de Bromas y de Veras y no sé si esto me lo estoy tomando en broma o en serio. Lo único que te puedo decir, es, que no sé; me gustaría ser como alguno de ellos; pero lo veo muy difícil porque además de que tendría que renunciar a las chicas y hacer muchos sacrificios, soy pobre y no tengo estudios, ya lo sabes, trabajo en una oficina y para ingresar en la Compañía de Jesús, me exigirían, por lo menos el bachillerato.

-         No lo creas, espera que venga algún jesuita y se lo cuentas.

Entre los varios jesuitas con los que hable y que apenas me hicieron caso, uno me dio la dirección del Padre Maestro de Novicios en el Puerto de Santa María a quien escribí y al poco tiempo, nada recuerdo de los términos, debieron ser muy convincentes, porque sin conocerme y sin ni siquiera pedirme que le visitara, me respondió admitiéndome sin más preámbulos ni condiciones.

Viví 14 años en la Compañía de Jesús plenamente feliz e integrado entre mis compañeros que, el que menos, tenían el bachillerato. Compañía de Jesús que abandone un mes antes de ordenarme de sacerdote, olvidando por completo la tal PROMESA, que sólo recordé cuando murió la tal hermana y yo había abandonado la Compañía  por las razones que cuento en mi artículo “Yo no he visto a Dios; pero creo que lo he visto” publicado aquí en 7 de Marzo  2012.

Lo más misterioso y gratificante es que Jesucristo no me ha PERDIDO de VISTA ni yo a ÉL o, al menos, ha sido siempre mi deseo.

Además me ha dado la oportunidad de que TERMINE cumpliendo por completo mi PROMESA de seguirle AHORA publicando artículos por Internet que es como si predicara en el desierto, un tanto similar a lo que hubiera realizado si me hubieran enviado a misiones como fue siempre mi deseo.

Me gusta pensar que por el hecho de haber nacido tal día como hoy, Fiesta de la Inmaculada hace 87 años y que en el  mismo día muriese un hermano de dos años, la Santísima Virgen, mi madre, parece que me mima.                       

No hay comentarios: