lunes, 21 de enero de 2013

YO ESTARÉ con vosotros TODOS LOS DÍAS hasta la consumación de los SIGLOS.

          Cuando San José reflexionaba sobre qué hacer al saber el embarazo de María, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: 

         José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, a quien pondréis por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados.

         Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta que dice:

         He aquí que una virgen  concebirá y parirá un hijo,
Y se le pondrá por nombre EMMANUEL que quiere decir:
DIOS CON NOSOTROS.(Is.7,14).

Está claro que antes de que naciera Jesús, su misión sería ESTAR CON  NOSOTROS.

Por las venas de Jesucristo corrió sangre nuestra y la derramó para que por las nuestras pudiera correr la gracia santificante.

Al vivir entre nosotros durante su vida pública no hizo otra cosa que enseñarnos con su predicación y sus obras, que ÉL era el único CAMINO para ser relativamente felices en este mundo y que gracias a su Pasión y Muerte, nos abriría las puertas del Cielo.

Cuando ya resucitado y antes de partir le dijo a sus apóstoles:

YO ESTARÉ CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS HASTA AL CONSUMACION DE LOS SIGLOS.

Para cumplir tal promesa, mucho antes de morir dijo:

EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE, MORA EN MÍ Y YO EN ÉL.

¿El que hizo tales promesas, o era un fatuo,  un loco, o verdaderamente era DIOS?

En la Sagrada Escritura (Proverbios 8,31) Dios dijo:

“Recreándome en el orbe de la tierra, siendo mis DELICIAS LOS HIJOS DE LOS HOMBRES”.

¿Tenemos siempre abiertas las puertas de nuestro corazón para que Jesucristo entre y se sienta feliz o que de vez en cuando PENSEMOS, que pueda ESTAR  a nuestro lado como lo hizo con los discípulos de Emaus?

Por eso sigue estando presente en la EUCARISTÍA, oculto en miles de Sagrarios y siendo recibido sacramentalmente por millones de creyentes.

         ¿Pero qué ha hecho Jesucristo para que algunos no lo quieren ver ni en pintura, y anden pidiendo con tanta insistencia que sean quitados los crucifijos?

         Si hubiera sido un asesino, un violador, un ladrón o un personaje deleznable a quien nadie debería apreciar y menos imitar, habría razones para no exponerlo; pero ha sido todo lo contrario.

         Sería razonable que los que desean que sus hijos no vean un crucifijo manifestaran sus motivos y en qué le perjudicaría que sus hijos pudieran conocer y apreciar los valores tan humanos y tan provechosos para su educación integral, como sería la honradez, el sacrificio propio para llegar a ser unos hombres de provecho y no unos alcohólicos, drogadictos etc,etc. y el saberse sacrificar por los demás ahora que tanto se habla y se necesita ser solidario.

         Esos padres querrán que sus hijos le obedezcan, les amen y luego, cuando llegue el momento, les cuiden; pero si desde pequeñitos no han aprendido todas esas virtudes de sacrificio y entrega, que no se las pidan más tarde.”El arbolito desde pequeñito”.

         Si una imagen vale más que mil palabras. Ver a todo un DIOS clavado injustamente en la cruz y encima perdonando a los que le estaban crucificando y haciéndolo todo por amor a todos los hombres a cambio del amor de unos pocos y del desprecio de otros muchos.

         ¿Existe imagen humana más impactante y que nos haga pensar en profundidad, a creyentes y no creyentes, el ver a un HOMBRE, que es DIOS, clavado en una CRUZ, sabiendo que ha BAJADO de la cruz para  ESTAR con nosotros y AYUDARNOS a llevar la nuestra, siempre que se lo pidamos?

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