martes, 12 de febrero de 2013

¿Cómo conseguir LA PAZ y LA LIBERTAD?


          La PAZ es: Un SOSIEGO y buena CORRESPONDENCIA de unas personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos.

         LA LIBERTAD es estado o CONDICIÓN de quien no es ESCLAVO.

Así define la PAZ y la LIBERTAD la Real Academia de la Lengua Española.

 Sepamos como define Jesucristo LA PAZ y LA LIBERTAD.

“La paz os dejo, MI PAZ os doy; no como el mundo la DA".

Si PERMANECÉIS en mi PALABRA, le dijo Jesús a los judíos que habían creído en ÉL, seréis en verdad discípulos míos y conoceréis la verdad y la verdad os LIBRARÁ.

 Respondiéronle ellos: Somos linaje de Abraham, y de nadie hemos sido jamás siervos. ¿Cómo dices tú: Seréis  libres?. Jesús les contestó:

 En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es SIERVO del PECADO.

Para tener una PAZ  verdadera, duradera, interna y externa, hay que vivir internamente con SOSIEGO cosa que difícilmente se puede conseguir si no se está en paz con uno mismo porque la mala conciencia nos tiene declarada la guerra con sus evidentes acusaciones.

         Sólo se puede adquirir una buena CORRESPONDENCIA con los demás, si se sabe ceder de los propios derechos, criterios y jamás pretender  que los demás opinen, tengan los mismos gustos y se comporten como uno desea y no se va por la vida criticándolo todo obsesivamente.

         PERDONANDO todo lo que es perdonable, que es mucho más de lo que a veces se estima y si se “Perdona setenta veces siete” sabiendo que “El perdonar es la venganza de los grandes hombres”  se vivirá mejor consigo mismo y con los demás.

“Perdona nuestras OFENSAS (que a veces son muchas) como nosotros perdonamos a los que NOS OFENDEN” (a veces son  tonterías).

El que odia o tiene manías obsesivas, vivirá  en continua guerra interna o externa que sólo producirá desasosiego o enfrentamiento peligroso.

Sin darnos cuenta, siempre estamos ESCLAVOS de alguien o de algo.

Somos esclavos de ciertas normas y leyes injustas y punitivas, ante las cuales nos vemos indefensos.

Existen otras muchas esclavitudes a las que nos esclavizamos, como  el tabaco, el alcohol, la droga, los caprichos, los odios, el libertinaje y el estar más pendientes del qué dirán y esclavizados de las propias mentiras.

Queda bien claro que si realmente queremos vivir en PAZ y LIBERTAD no tendremos más remedio que seguir los consejos de Jesucristo y PERMANECER a su lado.

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