miércoles, 22 de mayo de 2013

La TRILOGÍA del AMOR en la TIERRA



        Amor, amor…¡Menuda palabrita, tan manida y misteriosa! Todos sabemos qué es el amor y qué pocos lo practicamos.
        
No confundamos el amor con el cariño, la mistad, la afinidad, la compasión, las pasiones, los apetitos, las filias, los celos, las preferencias.

El amor es todo eso y mucho más. y es tan sublime y surge de algo tan espiritual y profundo como el alma, que no se puede definir, sino sólo SENTIR
        
Existen tres amores puros y auténticos:
        
El primer amor, que todos en más o menos, hemos sentido y que al ser PLATÓNICO, también hemos sufrido, es el más puro e inocente.
        
El amor CONYUGAL indestructible, a los hijos pequeños e indefensos es el más sacrificado y gratificante.
        
Al amar a DIOS, nos pone a SU altura que nos DIVINIZA y nos ELEVA hasta  `poder vivir por encima de todas las adversidades.
        
El que tenga estos tres amores o alguno de ellos, puede que consiga algo de felicidad.
        
Los demás, mal llamados amores, nos darán placer; pero placer no es sinónimo de felicidad. La felicidad es algo más profundo y duradero que casi roza con lo DIVINO,

         Se nos pide que amemos al prójimo, o sea, próximo, porque al tenerlos tan cerca y conocer sus defectos, es, a veces, a quien más criticamos y odiamos.
        
Es muy triste ver que cuando se nos dice que debemos amarnos como hermanos, que es cuando, por desgracia, se dan más enfrentamientos y aunque es verdad que con el roce, surge el cariño, también se entablan discusiones de  las que saltan chispas, y todo porque no conocemos y menos aún PRACTICAMOS lo que en el capítulo trece de su carta a los Corintios, dejó escrito San Pablo  sobre el amor:
        
El amor es longánime
         Es benigno,
         no es envidioso
         no es jactancioso
         no se hincha
         no es descortés
         no busca lo suyo
         no se irrita
         no piensa mal
         no se alegra de la injusticia
         se complace  en la verdad
         todo lo excusa
         todo lo cree
         todo lo espera
         todo lo tolera.

         Yo me atrevería a decir que para AMAR al PROJIMO, sería pensar:

         No puedo ODIAR lo que Dios AMA por muy malo que sea.

         El que practique el amor con estas cualidades, estará por encima de todo y de todos, y aunque tenga que seguir volando a ras de tierra, no le salpicará el barro y conseguirá algo de felicidad tan deseada y tan poco hallada.
        

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