domingo, 9 de junio de 2013

¿Cómo PUEDE Jesucristo ser DIOS y HOMBRE?


         ¿Cómo PUDO  un hombre pisar la luna? Y si ahora sabemos que  la pisó es porque PUDO.

Luego si Jesucristo ha actuado, en algunas ocasiones como DIOS, y en  otras, como HOMBRE, que podremos comprobar leyendo los siguientes pasajes Evangélicos, comprobaremos  que Jesucristo fue DIOS y HOMBRE

Aunque Jesús fue CONCEBIDO a lo DIOS,  NACIÓ, VIVIÓ y MURIÓ como HOMBRE, aunque  RESUCITÓ como DIOS.

Fue tan humano que tomó nuestra naturaleza con todas sus debilidades, limitaciones y humillaciones.

Comía, bebía, pasó hambre, se cansaba, sintió lástima por los pobres, lloró por la muerte de su amigo Lázaro, no tenía donde reclinar su cabeza, tuvo que ser despertado por sus discípulos que se estaban  hundiendo en la barca azotada por un fuerte vendaval.

Se compadeció de la mujer adúltera, perdonándola humanamente.

Mantuvo una conversación con la Samaritana tan humana, delicada y sobre todo inteligente, no afeándole  los cinco maridos que había tenido y tampoco el actual, que consiguió, no sólo conquistarla para su causa, sino que gracias a ella también creyeron los Samaritanos.

Dejó que una mujer, de mala vida, le perfumara los pies y se los enjugara con sus lágrimas, aceptando  el consiguiente escándalo y críticas de los presentes.

No escogió para CAMBIAR el mundo a sabios ni entendidos, sino a unos pobres e IGNORANTES pescadores.

Sanó toda clase de enfermedades sin aspavientos ni sortilegios y a veces hasta desde la distancia.

Curó la lepra al instante, Arrojó demonio de los endemoniados.

Resucitó a su amigo Lázaro que llevaba muerto cuatro días

Ningún hombre en su sano juicio diría que ÉL ERA DIOS, si no lo fuera; pero Jesucristo lo AFIRMÓ categóricamente y lo DEMOSTRÓ con hechos.

Quien me VE a MÍ  ha VISTO al Padre, le dijo a Felipe que quería ver a Dios.

Yo y el Padre somos UNA SOLA cosa.

Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago,  no me creáis a mí, creed a las obras, para que sepáis y conozcáis que el Padre ESTÁ  en mí y YO  en el Padre.

 De nuevo buscaban apresarle; pero ÉL se deslizó de entre sus manos.

Mi Padre sigue OBRANDO todavía, y por eso OBRO YO también. Por eso los judíos buscaban con más ahínco matarle, pues no sólo quebrantaba el sábado, sino que decía que Dios era su Padre, haciéndose IGUAL a DIOS.

         El que COME mi  carne y BEBE mi sangre, MORA en mí y YO en ÉL
. Esto solamente  pudo DECIRLO y HACERLO realidad en la EUCARISTÍA por ser DIOS.

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