miércoles, 5 de junio de 2013

La FE, La RAZÓN y la LIBERTAD.


          Son los tres PILARES que deberían sustentar nuestra vida.

         Cuanto más grande y SUBLIME sea lo que se pueda y se deba CREER y ESPERAR, más fecunda será nuestra vida.

         ¿Cuánto tiempo dedicamos en leer y conocer lo que han dicho o escrito grandes personajes para orientar nuestra ideología y sistemas de vida?

         ¿Cuántos han tenido curiosidad y deseo de saber lo que DIOS ha DICHO y HECHO?

         Cuando yo tenía unos 16 años, un señor me dijo poniendo su mano sobre la Biblia: “Aquí está todo lo que DIOS HA DICHO”. Me impactó tanto que siempre lo tengo muy presente..

         Si queremos tener FE y ESPERAR algo que nos ofrezca un futuro transcendente insospechado y un presente verdaderamente humano y llevadero, leamos los EVANGELIOS, por lo menos, una vez en nuestra vida.

         Cuando se escriben hechos históricos o biográficos  no se cuentan todas las verdades, sobre todo si no son buenas.

         En los Evangelios se cuentan algunos hechos en los que el mismo Jesús y sobre todo quienes los dejaron escrito no quedan muy gloriosos.

         La Santísima Virgen María tuvo que dar a luz en una CUADRA y luego  de Herodes. 
Jesús con 12 años PERMITIO que sus padres anduvieran  buscándole angustiados tres días.
Jesucristo  en pleno apostolado se DEJÓ TENTAR veces por Satanás,
Los discípulos, Juan y Santiago quisieron SENTARSE a la derecha e izquierda de Jesús cuando precisamente les estaba anunciando cómo iba a ser su muerte
Se quedaron DORMIDOS los discípulos en el huerto de los olivos cuando Jesús SUDABA SANGRE por lo que le venía encima.
Todos  LO abandonaron, ninguno LE DEFENDIÓ, Sólo la mujer de Pilato LO defendió al decirle que Jesús era JUSTO.
 Pedro lo NEGÓ tres veces, habiendo sido advertido.
Un DESCONOCIDO y forzado le AYUDÓ a llevar la cruz.
Fueron las mujeres y entre ellas María Magdalena LAS PRIMERAS en ver a Jesús resucitado.
Tomás sólo CREYÓ en la Resurrección de Jesús cuando lo VIO y no 
por el testimonio de los demás.

         Estos y otros muchos hechos similares dan AUTENTICIDAD histórica a los Evangelios, de lo contrario, no lo deberían haber dejado escrito

         El que  haya leído los Evangelios  con el deseo de conocer la VERDAD, Dios lo deja en plena LIBERTAD  para  rechazarlo o aceptarlo.

         Convendría recordar  las siguientes aseveraciones pronunciadas por el mismo Jesucristo, que es Dios y sigue ESTANDO entre nosotros:

         Yo soy el Camino la Verdad y la Vida
         Quien me ve a mí, ve al Padre
         Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón
         Venid a mí todos los que andéis angustiados con trabajos y cargas y yo os aliviaré
         Buscad el reino de Dios y su justicia y todo lo demás, se os dará por añadidura.
         Dad y se os dará
         Yo soy el pan de la vida
         Yo soy la luz del mundo.
         ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma
         Yo soy la resurrección y la vida.

         Si alguno me AMA, guardará mi PALABRA y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él.

         El AMOR: No se IMPONE. No se COMPRA ni se VENDE. Se TIENE.

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