sábado, 27 de julio de 2013

SEÑOR, TÚ lo sabes TODO, TÚ sabes que TE AMO.



          Esta fue la declaración de AMOR más inconcebible y grandiosa   entre DIOS  y un Hombre.

         “Cuando hubieron comido, dijo Jesús, ya RESUCITADO a Simón Pedro:

         Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que estos? .Él le dijo: Sí, Señor, TÚ sabes que TE amo. Díjole. Apacienta mis CORDEROS.

         Por segunda vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿Me amas?. Pedro le respondió: Sí. Señor, TÚ sabes que TE amo. Jesús le dijo: Apacienta mis OVEJAS.

         Por tercera vez le dijo: hijo de  Juan ¿Me amas? Pedro se ENTRISTECIÓ de que por tercera vez le preguntase: ¿Me amas? Y le dijo:

         SEÑOR, TÚ lo sabes TODO, TÚ sabes que te AMO. Díjole Jesús, apacienta mis OVEJAS.

         Que todo un DIOS  se rebaje hasta el extremo de PEDIRLE amor a un pobre hombre que LE había negado TRES VECES fue la manifestación más CONVINCENTE de que DIOS querría el amor de los PECADORES.

         “No he venido yo a llamar a los justos sino a los PECADORES”

         “Yo os digo que en el cielo será mayor la alegría por un PECADOR que haga penitencia que por noventa y nueve justos que no necesitan de penitencia” Dijo Jesucristo.

Es muy significativo que a los demás comensales, compañeros de Pedro, no les dijera ni una palabra.

Y ¿Por qué le dijo DOS veces que apacentara sus OVEJAS y  UNA vez  que apacentara a sus CORDEROS?

¿No sería porque en el futuro tendría que trabajar más con las MUJERES para meterlas y cuidarlas en el APRISCO?

No podemos negar que siempre hay más mujeres que hombres en la Iglesias y que cuando una madre es  verdaderamente religiosa, es la que marca la pauta en la casa y es la mejor CATEQUITAS en el hogar y ¿Por qué?
Lea mi artículo: ¿Por qué hay más mujeres que hombres en las Iglesias? Publicado el 14 de Abril del 2010

          Recordemos que Jesús mantuvo un trato más cercano con mujeres que con hombres.

          Lo hizo con la Adúltera, la Samaritana, la Emorroisa, la Magdalena, las hermanas de Lázaro, la suegra de Pedro, la Verónica, las mujeres que lloraron al verLO con la Cruz. Fueron las primeras que lo vieron resucitado.

         La mujer de Pilato fue la única que defendió a Jesús al decir que era JUSTO.

        Que yo recuerde, solamente mantuvo un tú a tú con Nicodemo y Zaqueo.

         Si Jesucristo, en lo más profundo de cada uno, nos preguntara:

 ¿Me amas más que los que te rodean?

         ¡¡Ojala pudiéramos responder: SEÑOR, TÚ conoces mis muchos y vergonzosos pecados. Se que “Un corazón quebrantado  humillado, Señor, TÚ no lo desprecias.!!

  TÚ sabes que, al menos, intento AMARTE más que a nadie.

           Esta sería la CONFESIÓN más auténtica y liberadora.  

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