martes, 18 de febrero de 2014

¿Cuál fue la ÚLTIMA VOLUNTAD DE JESUCRISTO?

         Si en este mundo se RESPETAN y se CUMPLEN las ÚLTIMAS VOLUNTADES de cualquier pariente ya moribundo.

         ¿No deberíamos hacer lo mismo con lo que Jesucristo pidió en su ÚLTIMA CENA y despedida de sus discípulos?

         “Como el Padre me amó, yo también OS HE AMADO; permaneced en MI AMOR.

        " Si guardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo guardo los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor.

         Este es mi PRECEPTO: Que os AMÉIS unos a otros como yo OS HE AMADO.

        Nadie tiene amor mayor que este de DAR uno la VIDA por sus AMIGOS.

        Vosotros sois MIS AMIGOS si hacéis lo que OS MANDO"
"
         El amor del que nos habla Jesucristo no es el del Enamoramiento muy humano y que, a veces, hasta es necesario que no falte en una  pacífica y duradera convivencia cuando los dos o uno olviden o ya no aprecien  los valores humanos por los que se enamoraron.

     El “Que os améis unos a otros” es algo más profundo, desinteresado y sacrificado, como el SUYO, cuando dijo “COMO YO OS HE AMADO” y añadió: Nadie tiene amor mayor que este de dar la vida por sus amigos”

     Jesucristo no nos puede pedir que demos la vida por los demás; ni que tampoco dejemos de sentir cierta animadversión hacia algunos que no nos caen bien, siempre que no lo consistamos.

     Puede y debe existir entre todos nosotros un amor que yo llamaría, como mínimo TOLERANCIA entre Países, Naciones, Pueblos, Vecinos y Familiares etc, etc, puesto que TODOS somos HIJOS de Dios y por lo tanto hermanos, aunque cada uno de nuestro padre y nuestra madre.

     La tolerancia, cosa tan fácil y tan difícil de practicar nos evitaría tantas guerras, enfrentamientos, odios, venganzas, calumnias, injusticias, discusiones etc.etc. y viviríamos en paz como también dijo Jesucristo:

     Mi PAZ o dejo mi PAZ os doy; pero no como la da este mundo.

     La Paz que nos ofrece Jesús es tan fácil y difícil como por ejemplo:

     No querer tener siempre la razón.
     No creerse mejor que el otro
     Dudar, al menos de que lo que uno piensa y hace es lo mejor.
     No querer que todo el mundo sea igual que uno.
     Aceptar y tolerar las manías y costumbres de los demás.
     Jamás calumniar, ni criticar
     No odiar a nadie por malo que sea porque,

     Yo debo AMAR al que  DIOS AMA aun cuando sea mala persona.
     Creando así  en la tierra una TRINIDAD de tres distintas personas y
     UN solo AMOR, el de DIOS.


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