martes, 4 de febrero de 2014

¿POR QUÉ GANA EL QUE AGUANTA Y NO SE REBELA?

Si echamos un vistazo a la historia y a nuestra propia vida, comprobaremos que casi siempre han vencido los que han aguantado, resistido y no se han rebelado.

         El que en su vida social, laboral, familiar y así mismo, sepa AGUANTARSE  cuando le surjan problemas o no le salgan las cosas como desearía, saldrá ganando siempre.

         ¿Qué se GANA con rebelarse, defenderse, porque uno se sienta  marginado, incomprendido, o mal tratado si el que hace esas tropelías es un soberbio, un engreído, un injusto, mala persona o sencillamente  tozudo que jamás se viene a razones? NADA porque sería darse contra un muro y saldría, como menos, escalabrado o cabreado.

         Si aguanta, resiste y no entra en discusiones e inútiles defensas, y PASA de ÉL ganará en tiempo y sobre TRANQUILIDAD.

Y además, si todo este aguante y resistencia se hace  por amor a Cristo, lo  habrá GANADO TODO como lo hicieron los Santos.

Como una imagen o ejemplo valen más que mil palabras sepamos lo que Jesucristo, aguantó sin decir ni una palabra,

Jesús aguantó el tener que nacer, fuera de su casa, como niño y no ya como hombre poderoso, en un pesebre y encima tuvo que huir y sus padres no dijeron ni una palabra de queja. ¡¡Lo mismito que nosotros!!

Si así de humillante, inexplicable e inaguantable fue el nacimiento de Jesucristo, no hay quien entienda que estando  sufriendo en la Cruz la injusticia más cruel de todos los tiempos y siendo Dios, sólo ABRIERA  su boca para perdonar a sus verdugos, prometer el Paraíso al Buen Ladrón y luego QUEJARSE a su Padre pidiendo ayuda.

Cuando nos tratan injustamente sin posibilidades de defendernos, lo PRIMERO y único que sabemos hacer es despotricar, insultar etc.etc, pero pocas veces nos quejamos humildemente a Dios suplicando su AYUDA.

  Y resulta que es DIOS el que más ha AGUANTADO, aguanta y tendrá que aguantarnos a cada uno de nosotros, que somos  millones y millones, y casi siempre, con un talante que no hay quien nos aguante por cualquier contratiempo.

         ¿No seríamos más felices viviendo aquello “A lo hecho pecho”, sabiendo pasar de tantas minucias para centrarnos más en Dios recordando lo de Santa Teresa:

         Nada te turbe
         Nada te espante.
         Quien a Dios tiene
         Nada le falta
         SÓLO DIOS BASTA?
          

No hay comentarios: