martes, 18 de marzo de 2014

¿POR QUÉ DIOS NO PUEDE PRESCISDINDIR DE NOSOTROS'


 
          En este mundo cuanto más poderoso e   importante es una persona necesita de más gente a su servicio y, si es un gran empresario, no puede prescindir de directores, asesores, colaboradores, empleados y trabajadores.

         Unos padres de familia, por muchos hijos que tengan o inútil que alguno sea, no saben ni quieren ni pueden prescindir de ninguno.

         Dios que es infinitamente poderoso y que todo cuanto existe en el cielo y en la tierra ha salido de sus manos y que lo tiene todo, no debería necesitar de nada ni de nadie.

 Pero en su obra MAESTRA ha preferido nuestra colaboración en la procreación, sin la cual la vida humana no existiría.

 Es el gran don con el que nos hace semejantes a EL, porque nos convierte en  creadores con minúscula.

 Todo ser humano que nace se convierte en hijo de Dios, y por lo tanto, necesitado y querido  por Dios.

         También necesita de nosotros para la conservación del planeta en que vivimos. Si no hubiéramos perdido el Paraíso, posiblemente ahora estaríamos libres del miedo al cambio climático y a las catástrofes  naturales.

El remedio de todos estos males los ha dejado en nuestras manos para que nos sintamos imprescindibles y así eleva nuestra categoría hasta tal punto que puede llegar el momento en que podamos evitar los terremotos, huracanes, inundaciones etc, como hemos conseguido transgredir las leyes de la gravedad y mantener en el aire sin que se caigan esos mastodontes de aviones.

 ¿Cuándo se producirá todo eso? Dios que es eterno y no tiene prisa y a la humanidad le queda mucho tiempo para avanzar, lo conseguirá.

Dios sabe en quien confía y por eso delega.

¿Cuántos, por desgracia, en los que Dios ha confiado y delegado, legislan y gobiernan contra Dios?


         Por muy inútil que uno se sienta en este mundo, tenga la seguridad de que Dios le necesita y le ama. Así lo ha querido porque Dios obra a lo Dios y no a lo humano.

         Nosotros, también a lo humano, sabemos apreciar, querer y necesitar más a un familiar aun cuando no está dotado como los demás.
                                                                                   
         Puedo decir que en mí familia,en el que yo soy el último y viviente de doce hermanos, había una hermana menos dotada que los demás, a quien todos queríamos con un cariño especial, fue la que asistió a mi madre que murió después de cinco años postrada en una cama.

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