sábado, 1 de marzo de 2014

¿POR QUÉ SIENDO IMAGEN DE DIOS, A PENAS NOS PARECEMOS A ÉL?


            Porque sólo nos PREOCUPAMOS de nuestro CUERPO y al ALMA,  muchas veces, no le damos ni agua y Dios es ESPÍRITU.

            Normalmente admiramos o rechazamos a mucha gente porque en ellos sólo vemos sus cuerpos olvidando que tienen alma

          ¿Cómo es posible que la Beata Madre de Calcuta recogiera en las calles con tanto cariño a seres con cuerpos tan desfigurados y  malolientes que a cualquiera de nosotros nos repugnaría?

           Se cuenta que un Señor importante visitando un Centro Humanitario fundado por San José Benito Cottolengo en donde sólo se acogían a seres humanos tan deformes y repugnantes que estaba prohibido verlos, insistió en ver a uno de ellos que lo estaba atendiendo una señorita con mucho mimo.

          - Señorita, dijo el visitante, Yo eso no lo haría ni por todo el oro del mundo.

          - Ni yo, respondió. Lo hago por amor a Jesucristo que está dentro de este cuerpo tan deforme.

          ¿Quién no ha sentido hasta asco del propio cuerpo por sus necesidades materiales, fisiologicas y hasta  ridículo y humillado en ciertos momentos sublimes y placenteros?

         Pero como también tenemos Alma, algo tan invisible como lo es Dios, y a los dos los olvidamos, difícilmente podremos llegar a parecernos a Dios.

         ¿Y cómo es Dios a quien ni vemos ni conocemos para que nuestra imagen sea semejante a la suya? 

         Para eso el VERBO que era Dios, se hizo CARNE en Jesucristo con todas sus limitaciones.

        Ya en tiempos de Jesucristo, sus discípulos también querían saber cómo era Dios y Felipe le dijo: Señor, muéstrano al Padre y Jesús le dijo: Felipe, quien me ve a mí, ve al Padre.

        Ya sabemos a quién tendremos que imitar para PARECERNOS a DIOS.

       Leyendo los  Evangelios, conoceremos cómo FUE Jesucristo que era Dios y los consejos y pomesas que nos hizo:

      Jesucristo como era Dios fue PODEROSO. Curó muchas enfermedades, tuvo poder sobre los vientos, tempestades y hasta resucitó muertos.

     En esto, ciertamente no lo podremos imitar; pero si CREEMOS en ÉL cuando nos dijo: Sin MÍ no podréis havcer NADA, podremos con la FE hasta mover montañas, porque recordemos que Jesucristo. en todos sus milagros nunca dijo "Mi Padre o YO te hemos CURADO, sino TU FE te ha CURADO.

    Luego la FE es tan PODEROSA como lo es el PODER de Dios.

    Jesucristo fue CARIÑOSO, pues se compadeció de las gentes multiplicando los paces y los peces. Convirtió el agua en vino en las bodas de Caná. Limpió leprosos y hasta lloró en la muerte de su amigo Lázaro.

    Aunque es difícil hacer favores y ser cariñosos con todos, si queremos que nuestra ineludible convivencia sea un remanso de paz, tendremos que ser tolerantes, indulgentes, no críticar,  ni calumniar y jamás odiar si pensamos y nos decimos:

    Yo no puedo ni debo ODIAR al que Dios AMA. por muy malo que sea.

     Jesucristo fue MISERICORDIOSO, perdonando a la mujer adúltera. Perdonó a los que le estaban crucifcando. Le prometió el Paraíso al Buen Ladrón. Le dijo a San Padro que habia que perdonar no siete veces sino setenta veces siete.

    En esto sí que le deberíamos imitar porque el "Perdón es la venganza de los grandes hombres"

         Y bien claro dijo: APRENDED de MÍ  que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas
         Venid a mi todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré.
         Tomad sobre vosotros mi yugo, pues mi yugo es blando y mi carga ligera 
         El que come mi carne y bebe mi sangre mora en mí y yo en él.
         Yo estaré con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos.

          ¿Quién se hubiera atrevido a decir, cumplir y testimoniar con su Vida, Muerte y Resurrección, todo esto y mucho más si no fuera porque Jesucristo como HOMBRE era DIOS?

          El que quiera ser algo grande en este mundo y parecerse nada menos que a Dios y no a cualquiera, por famoso que sea, que IMITE  a JESUCRISTO.. 

          Para imitar a Jesucristo hay que tener no sólo FE sino VIVIRLA.

          La Sagrada Escritura no dice que el Justo TIENE FE, sino que el Justo VIVE de la FE.

          ¿De que sirviría tener una magnífica finca si no se viviera en ella ?







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