miércoles, 15 de octubre de 2014

¿POR QUÉ LA FE ES COMO UN DIAMANTE EN BRUTO?

         Todos sabemos que un diamante en bruto sólo adquiere su valor      cuando se talla y brillan sus múltiples caras.

         TENER FE es algo muy valioso, pero  sólo en potencia porque  hasta que esa FE no se convierta en VIDA no dará fruto.

         ¿De que nos serviría tener un  magnífico Ferrari, un lujoso apartamento en la playa sin apenas usarlos, viviendo en un mal piso?

         La Sagrada Escritura no dice que el justo TIENE fe sino que VIVE de la fe.

         VIVIR en mucho más importante que TENER, porque alguien muy pobre que apenas TIENE para comer, puede que VIVA más feliz que el rico que teniendo  tanto, acabe diciendo, como Cristina Onassis antes de suicidarse: "Soy tan pobre tan pobre, que sólo tango dinero"

         TENER y VIVIR la Fe sería para el que teniendo que cruzar el estrecho de un mar  embravecido TOMARA su nave que sería la FE y remando que sería su VIDA llegaría a puerto seguro.

         Como los ejemplos valen más que mil palabras, sepamos cómo TUVIERON y sobre todo, VIVIERON su fe los siguientes personajes históricos:

         No quiero hablar de cómo VIVIÓ Abraham su fe cuando Dios le pidió que sacrificara a su hijo Isaac.


         Tampoco cómo VIVIÓ su fe el  Santo Job que Dios permitió que Satanás lo dejara arruinado y hecho una piltrafa humana y decía: “Dios me lo dio, y Dios me lo quito, Bendito sea”


         San Pablo que tuvo que CREER en Jesucristo casi a la fuerza, cuando sólo LO OYÓ  en el camino de Damasco, y LE amó, quizás más que los demás apóstoles, posiblemente porque el amor sin ver y a distancia, suele ser más poderoso, como nos sucede cuando se ama a una persona ausente. VIVIÓ esa CREENCIA a tope cuando dijo:

 “Mi vivir es Cristo” Mihi vivire Christus”
 “Deseo morir para estar con Cristo” (Cupio dissovi et esse cum Crhisto”


         Santa Teresa de Jesús tenía y vivía de tal forma su fe que decía:

 “Nuestra vida es como una mala noche en una mala posada”  
“ Que Dios también andaba entre los pucheros.


         San Juan de la Cruz también dijo:

“Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero”.
        “Mi alma se ha empleado
         y todo mi caudal en su servicio.
         ya no guardo ganado,
         ni ya tengo otro oficio,
         que ya sólo en amar es mi ejercicio”

         Todos lloramos, unos más que otros, en este valle de lágrimas con la diferencia de que para muchos son lágrimas, a veces muy amargas y sin consuelo y para muy pocos se les pueden convertir en lágrimas de consuelo y agradecimiento al comprobar que Dios les protege porque han CREÍDO y sobre todo VIVIDO lo siguiente de Santa Teresa:

         Nada te turbe,
nada te espante,
         todo se pasa,
         Dios no se muda,
         la paciencia,
         todo lo alcanza
        quien a Dios tiene,
        nada le falta,

         SOLO DIOS BASTA.

No hay comentarios: