martes, 24 de marzo de 2015

¿CÓMO PODREMOS COMPRENDER Y CREER QUE JESUCRISTO ESTÁ PRESENTE EN LA SAGRADA HOSTIA?

          Comprender, lo que se dice comprender que Jesucristo, esté presente y permanezca oculto día y noche, en la Eucaristía está muy por encima de nuestras entendederas.

         ¿Comprendemos, creemos y aceptamos tomar cualquier pastillita recetada por un médico sin dudar de  que nos  hará su efecto?

¿Comprendemos que una fuente esté manando continuamente, sin que  nadie beba su agua?

Y sin embargo, no queremos comprender ni creer que Jesucristo, precisamente por ser Dios y Dios lo puede todo, esté presente y oculto en un pedacito de pan.

Si tomamos las pastillas porque nos lo ha recetado un médico.

Jesucristo bien claro nos lo recetó cuando dijo:

El que COME  mi CARNE y BEBE mi SANGRE, mora en MÍ y yo en él.

¿Creemos en los médicos y no vamos a creer en Jesucristo que es Dios?

¿Se nos puede recetar un medicamento, más barato, más fácil de conseguir, más eficaz para nuestra vida espiritual y también corporal,  que no tiene fecha de caducidad y con efectos secundarios muy provechosos para sobrellevar mejor nuestra ajetreada y complicada vida?

 ¿Qué trabajo nos costaría el  recordar de vez en cuando, durante el día, que Dios ha estado dentro de nosotros y que todavía está a nuestro lado siempre que así lo PENSEMOS?

Si Santa Teresa decía que Dios andaba entre pucheros, era porque PENSABAN que Jesús estaba a su lado mientras cocinaban o hacían otras tareas

         En la película “El Gran Silencio” dedicada a la vida de los Cartujos, me impresionó ver el rostro de un  monje que cortaba y alisaba una pieza de tela, debería ser el sastre de la comunidad, con tal delicadeza y PENSANDO tanto en Dios que me contagió.


 Confieso que los momentos más felices del día y me siento más seguro son cuando PIENSO que Jesucristo está a mi lado.  

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