. A todos esos que se quejan de que Dios nos los QUIERE porque
no les concede lo que LE piden y les hace sufrir habría que preguntarle
¿Os dejáis QUERER por Dios?.
Muchas veces es más difícil DEJARSE querer que aceptar y
creer que Dios nos AMA
Esta es la pura y dura verdad porque la estamos viviendo
continuamente en la vida real.
¿Cuántas veces los padres que quieren a todos sus hijos por
igual, cuando algún hijo rebelde, soberbio o que va por mal camino, al
creerse víctima de los padres porque les regañan y hasta los tienen que
castigar para su bien, no se deja querer?
Si el dejarse querer por un buen padre, rico, poderoso,
implica ser obediente, seguir sus consejos y no darles disgustos, aunque sólo
fuera para sentirse protegido y no desheredado en un futuro, sería lo más
razonable, justo y provechoso, reconocerse muy agradecido y querido por su
padre.
Pues todo esto en el grado más elevado que puede darse en nuestra ajetreada y complicada
vida, se podría realizar cuando nos dejemos querer por Dios, en la creencia sin
dudas de que Dios nos ama y que todo cuanto nos suceda de bien o de mal, será
para nuestro bien.
Esto cuesta mucho trabajo creer y esperar; pero es más
provechoso seguir suplicando y esperando que el creer que Dios no nos quiere.
¿Qué diríamos de un mendigo que en la puerta de una iglesia
con las manos en los bolsillos y sin haberse molestado de poner un platillo se
quejara de que muy pocos le daban limosna?
Pues algo similar les sucede a muchos creyentes, que se quejan de que Dios nos los quiere y no se
molestan ni siquiera en suplicar a Dios su auxilio,
Se olvidan de que a Dios rogando y con el mazo dando y ese
con el mazo dando no es otra cosa que el dejarse querer por Dios aceptando lo que a cada uno le haya tocado ser
en la vida, sea rico o pobre enfermo o sano etc.etc.
Porque no se nos mete en la cabeza que en este mundo, ni
Dios se libra del sufrimiento, como estamos recordando en estos días de Cuaresma.
Para sentirse amado por Jesucristo, que no fue un hombre
cualquiera sino todo un Dios, habrá que dejarse querer buscando su presencia que
está día y noche en la
Eucaristía , y como
Dios, está en toda partes camina a nuestro lado como si fuera nuestra sombra, aunque no
lo percibamos porque nuca lo pensamos.
Cuantas más veces PENSEMOS durante el día que Jesús está a
nuestro lado, nos SENTIREMOS amados por
ÉL y nos habremos dejado QUERER..
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