martes, 17 de marzo de 2015

DIOS NOS QUIERE A TODOS; PERO POCOS SE DEJAN QUERER

.         A todos esos que se quejan de que Dios nos los QUIERE porque no les concede lo que LE piden y les hace sufrir habría que preguntarle

 ¿Os dejáis QUERER por Dios?.

         Muchas veces es más difícil DEJARSE querer que aceptar y creer que Dios nos AMA

         Esta  es la pura y dura verdad porque la estamos viviendo continuamente en la vida real.

         ¿Cuántas veces los  padres que quieren a todos sus hijos por igual,  cuando algún hijo rebelde, soberbio o que va por mal camino, al creerse víctima de los padres porque les regañan y hasta los tienen que castigar para su bien, no se deja querer?

         Si el dejarse querer por un buen padre, rico, poderoso, implica ser obediente, seguir sus consejos y no darles disgustos, aunque sólo fuera para sentirse protegido y no desheredado en un futuro, sería lo más razonable, justo y provechoso, reconocerse muy agradecido y querido por su padre.

         Pues todo esto en el grado más elevado que  puede darse en nuestra ajetreada y complicada vida, se podría realizar cuando nos dejemos querer por Dios, en la creencia sin dudas de que Dios nos ama y que todo cuanto nos suceda de bien o de mal, será para nuestro bien.

         Esto cuesta mucho trabajo creer y esperar; pero es más provechoso seguir suplicando y esperando que el creer que Dios no nos quiere.

         ¿Qué diríamos de un mendigo que en la puerta de una iglesia con las manos en los bolsillos y sin haberse molestado de poner un platillo se quejara de que muy pocos le daban limosna?

         Pues algo similar les sucede a muchos creyentes, que  se quejan de que Dios nos los quiere y no se molestan ni siquiera en suplicar a Dios su auxilio,

         Se olvidan de que a Dios rogando y con el mazo dando y ese con el mazo dando no es otra cosa que el dejarse querer por Dios aceptando lo que a cada uno le haya tocado ser en la vida, sea rico o pobre enfermo o sano etc.etc.

         Porque no se nos mete en la cabeza que en este mundo, ni Dios se libra del sufrimiento, como estamos recordando  en estos días de Cuaresma.

         Para sentirse amado por Jesucristo, que no fue un hombre cualquiera sino todo un Dios, habrá que dejarse querer buscando su presencia que está día y noche en la Eucaristía,  y como Dios, está en toda partes camina a nuestro lado como si fuera nuestra sombra, aunque no lo percibamos porque nuca lo pensamos.

         Cuantas más veces PENSEMOS durante el día que Jesús está a nuestro lado,  nos SENTIREMOS amados por ÉL y nos habremos dejado QUERER..

        


                                                                           

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