Porque la FE además de tener que CREER
en lo que NO SE VE y por eso se le llama la NOCHE obscura, hay que aceptar viviendo CIEGAMENTE los muchos SUFRIMIENTOS creyendo que son permitidos por Dios para
nuestro bien o para otros.
La Santísima Virgen tuvo que CREER y
aceptar CIEGAMENTE que estando desposada con José, sería la Madre del Hijo de
Dios.
Y que siendo Hijo de DIOS, naciera en
un PESEBRE y tuviera que HUIR a Egipto,
Aceptar que el Hijo de Dios creciera tan en el ANONIMATO, que al perderse, lo tuvieran que buscar durante tres agonizantes días
Y que se rodeara de unos pobres PESCADORES y demostrado su poder resucitando muertos, lo tuvo que ver morir CRUCIFICADO como un malhechor.
Y que se rodeara de unos pobres PESCADORES y demostrado su poder resucitando muertos, lo tuvo que ver morir CRUCIFICADO como un malhechor.
Jesucristo aceptó ciegamente que el
Padre no le LIBRARA en el Huerto de los
Olivos del CÁLIZ que tendría de beber.
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Clavado en la Cruz tuvo que GRITAR:¿Dios
mío por qué me has abandonado?
En estos y otros muchos pasajes
evangélicos, queda demostrado que ni la
Madre de Dios ni Jesucristo que era Dios
se libraron de pasar por su noche obscura de la FE porque aun teniendo la certeza de la existencia del Dios Padre, soportaron toda clase de sufrimientos
y no precisamente para su provecho personal, sino para demostrarnos que todos los humanos y
ellos fueron como nosotros tuvieron y tenemos que pasar por un CALVARIO para
llegar a la RESURRECCIÓN.
La muerte de cada uno de nosotros es un CALVARIO en donde CRISTO está en el centro y a su lado estaremos unos como el
Buen Ladrón que sabemos que terminó en el PARAÍSO, el otro ¿Dónde…?
Convendría recordar lo que San Pablo
le escribió a los Romanos (Cap, 8-18),
“Tengo por cierto que los
PADECIMIENTOS del tiempo presente no son nada en comparación con la GLORIA que ha de manifestarse en
nosotros “
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